Pese a que el mercado de vehículos eléctricos aún está en una fase de desarrollo muy temprana, lo cierto es que necesita algún que otro empujón que provenga del sector público para incentivar la compra de un vehículo que aún tiene una tasa de retorno de inversión ineficiente para que continúe su escalada.
No será por subvenciones ya que aunque en otros países las cuantías en ayudas son mucho más altas que en España, sí que hay una legislación laxa y a favor de esta tecnología. Dejando a un lado temas relacionados con los grupos de presión que ineludiblemente existen a nivel nacional y europeo, lo cierto es que todo parece apuntar a que tarde o temprano los fabricantes deberán amoldarse a una movilidad basada en la electricidad, a no ser que aparezca una fuente alternativa que se demuestre que es más eficiente. Pero parándose a pensar en las limitaciones que a día de hoy tienen estos vehículos eléctricos conviene hacer una pregunta, ¿quiénes son los que más los adquieren?
Política para aumentar el parque de vehículos eléctricos en España
Ya has podido ver como papá Estado contribuye a la renovación del parque automovilístico español. Pero, ¿qué tal si lo hiciese también el privado? Ha salido una noticia recientemente en la que María Malaexechevarría, recientemente nombrada Directora General de Sostenibilidad de Endesa, aportaba un dato que podría interesar a las empresas de gran tamaño del territorio español. Las declaraciones decían lo siguiente:
”Los empleados de Endesa compran el 16% de los coches eléctricos vendidos en España”.
Obviamente, una vez conocido el porcentaje, había que acudir obligatoriamente a los informes que publica Anfac todos y cada uno de los meses en referencia al número de matriculaciones por segmento y por supuesto, por tecnología que incorpora cada uno de ellos. Desgraciadamente, en este análisis únicamente se muestran los datos teniendo en cuenta la suma de los vehículos híbridos y los eléctricos, no pudiendo hacer una estimación concreta de los que no tienen sistema de tubo de escape. Pese a ello, en Freno Motor hemos querido hacer unas cuentas rápidas para ver por donde podrían estar los números.
Teniendo en cuenta que a 30 de septiembre se han matriculado 783.892 vehículos y que de esos el 1.8% se corresponde a la suma de ventas de vehículos híbridos y eléctricos, se puede saber que en lo que va de año los vehículos alternativos adquiridos en el 2015 ascienden a unas 14.110 unidades. Obviamente, hay que tener en cuenta que en el informe se aglutinan ambas tecnologías por lo que lo correcto sería diferenciarlos. Sea como fuere, lo cierto es que si a ese número se aplicase un 16%, el resultado sería que un total de 2257 unidades habrían ido a parar a empleados de la eléctrica Endesa, siempre poniendo énfasis en que estos datos corresponden a un análisis hipotético poniéndonos en el caso de que todas las unidades fuesen de automóviles solamente eléctricos.
Pero eso no es lo más importante sino cuáles son los incentivos para que los trabajadores se pasen a la conducción ‘limpia’. Básicamente, políticas tan sencillas como una bonificación para la compra de un vehículo eléctrico, como la subvención de la instalación doméstica de un puesto de recarga o la disponibilidad de una plaza de aparcamiento en las instalaciones del puesto de trabajo, es suficiente para que las ventas y el interés de la población por estos vehículos se incremente. Dicho así es sencillo pero los datos lo confirman.
Este tipo de acciones podrían dar un fuerte impulsa a esta tecnología. Es como una especie de espiral, a mayor consumo de esta fuente de movilidad, mayor será la fuente de ingresos para los fabricantes y mayor será la investigación para lograr una mejor eficiencia. Generar una sostenibilidad con la ayuda del sector público y privado sería una posible solución para lidiar con la alta contaminación que envuelve a las grandes ciudades.