¿A quién no le gusta ir a un Salón del Automóvil o a una concentración o desfile de coches y disfrutar de algunos de los mejores coches del mundo? Esta pregunta es la misma que se harían los asistentes al espectáculo que tuvo lugar en la localidad de Luqa, en la isla de Malta. En los aeródromos, gracias a su extenso y ancho recorrido asfaltado, se pueden hacer increíbles demostraciones en la que los vehículos hacen todo tipo de maniobras y piruetas.
El caso de hoy es un ejemplo más o menos representativo a lo que debería parecerse porque el resultado no fue el que se esperaba. En la pista había un Porsche 918 Spyder que, al juzgar por las rodadas del asfalto, estaba haciendo una serie de maniobras que incorporaba el drifting y los clásicos donuts para el gozo de los espectadores. Pero, ¿qué pasó después? Te lo puedes imaginar. Pese a que en las imágenes no se puede apreciar nada que pueda herir la sensibilidad del lector, advertimos que el contenido muestra un atropello de algunas personas situadas detrás de las protecciones.
Accidente de un Porsche 918 Spyder con atropello incluido
El accidente, una vez que el conductor perdió los mandos del volante, fue inevitable. Así, pese a frenar y poseer un sistema de frenos cerámicos de calidad y última generación, la velocidad y el hecho de ir cruzado no evitó detenerse. La mala suerte hizo que en el preciso lugar en el que estaban situados los espectadores que habían acudido al espectáculo terminase el deportivo a una velocidad considerable. Tras las primeras valoraciones, una cosa quedó clara, habían heridos y por la fuerza del impacto deberían haber varios graves, por no lamentar alguna pérdida humana.
Afortunadamente, únicamente tuvieron que pasar esa noche en el hospital 13 de las 28 personas que se vieron implicadas en el atropello, no habiendo ningún fallecido. Cabe decir que entre aquellas que fueron enviadas a observación se encontraba el conductor, un hombre de negocios.
Tras analizar las imágenes se plantean dos cuestiones, ¿el piloto era un hombre de negocios y no una persona experta en el pilotaje? ¿Es lógico pensar que exista única y exclusivamente una valla de protección que ni siquiera puede absorber el golpe? Como se ve en la reproducción, las medidas de seguridad eran nulas, no habiendo separación consistente entre la pista del aeródromo y los espectadores.
Pese a los momentos de pánico que se viven en los instantes tras el accidente, es de valorar que no se produjese ninguna víctima mortal. No sería la primera ver que en este tipo de organizaciones se produce alguna tragedia que afecta directamente al público.
Ya en un segundo plano, es lógico pensar que el Porsche 918 Spyder tendrá que pasar por el taller para que le echen un vistazo a los daños, producidos prácticamente todos en la parte frontal y uno de sus laterales. Se puede decir, claramente, que esta unidad en concreto no acabará en el desguace como sí que le pasó a una gemela suya. Siempre, lo primordial, debe ser la seguridad en este tipo de eventos, es una fiesta y nunca debería terminar en tragedia.