En evidencia queda que el caso que os traemos hoy es otro caso de estupidez humana con vehículos de cuatro ruedas. Y es que el individuo de hoy dejó su flamante y deportivo Porsche ‘aparcado’, literalmente, en un riachuelo de la localidad de A Pobra, en la provincia de A Coruña.
El propietario, vecino de la localidad de A Pobra, aparcó su coche con una intención, orinar junto a un riachuelo. Ocurrió sobre las siete de la mañana del domingo, un día y hora que da qué pensar. No sabemos si las ganas de orinar del propietario hizo que se olvidara de poner el freno de mano pero lo cierto es que el deportivo alemán acabó en un riachuelo que pasa por el lugar de Camino Ancho. Es de suponer que el freno de mano de este coche es eléctrico, por lo que tampoco suena descabellado que se lo hubiese dejado sin poner por un despiste -o ganas de orinar-. En los frenos de mano tradicionales es un poco más difícil distraerse ya que se ve con total claridad si está puesto o no.
Los agentes al escuchar noticias sobre la situación en la que se encontraba el deportivo, acudieron a toda pastilla para socorrer al vehículo y a su propietario, aunque a decir verdad tardaron aproximadamente unas tres horas en localizar al propietario del vehículo, no así al coche, que seguía bebiéndose el agua del río. Cuando por fin consiguieron localizarle, el propietario alegó que el vehículo no interrumpía la circulación y que, por eso, decidió abandonarlo con la intención de regresar después a retirarlo.