No es la primera que sale a la palestra un proyecto que lo que busca es la obtención de energía eléctrica a través del sol y que además, esté relacionado con el mundo del automóvil. La puesta en marcha de carreteras solares podría ser el sueño de muchos alarmistas que piensan que vamos a la deriva en relación a la obtención de electricidad a través de los recursos fósiles.
Se ha llegado, incluso, a valorar hasta la creación de carriles bici con paneles fotovoltaicos para capturar la energía solar pero siempre ha surgido un problema común en todos los experimentos llevados a cabo, la fragilidad del sistema. Hasta el día de hoy no se había conseguido que el ‘pavimento’ solar soportase las sacudidas que sufriría al pasar una y otra vez vehículos con un tonelaje superior al de los automóviles. Sí, estoy refiriéndome a los increíbles camiones con un peso superior a las 15 toneladas, por poner un ejemplo.
Ahora, la empresa francesa Colas, en colaboración con el Instituto Nacional de Energía Solar, ha elaborado un nuevo modelo de ‘adoquines’, llamémosle así, los cuales tendrían una mayor durabilidad y necesitarían un menor mantenimiento.
Proyecto de carreteras solares de Colas y el Instituto Nacional de Energía Solar
El funcionamiento es muy sencillo. Durante las horas en los que los rayos del sol inciden en la carretera, estos adoquines innovadores captan la luz y la transforman en electricidad, la cual sirve para alimentar a las ciudades y pueblos más cercanos. Esta tecnología, según apuntan fuentes cercanas al proyecto, con un kilómetro de carretera de este tipo bastaría para dar luz a 5.000 personas, con todas las ventajas que esto supone.
Además, en una segunda etapa del proyecto, se podría alimentar de forma inalámbrica las baterías de los vehículos eléctricos que por ella circulan. El método utilizado sería la inducción, del mismo modo que lo haría este tándem casa-coche impresos en 3D. Esto, en cambio, parece entrañar un desarrollo más largo en el tiempo.
Pero claro, no todo es tan sencillo a la hora de llevar a cabo un mega proyecto como este. La principal barrera, como en la mayoría de los trabajos, es obtener la financiación multimillonaria para sustituir las carreteras de gravilla convencional. Además, hay que contar con tener fluidez en la red para evitar el contacto de los rayos solares con las células fotovoltaicas y, por último, ¿qué durabilidad garantizan los precursores de esta tecnología en su trazado? Muchas dudas comienzan a surgir.
Sí que se han anticipado a destacar una desventaja de esta innovación. Lógicamente, al estar siempre fijos, no se puede hacer una orientación hacia la posición del sol a diferencia de los paneles solares. Por ello, el rango de tiempo en el que cada uno de los ‘rectángulos’ fotovoltaicos consigue generar más electricidad es relativamente corto. Sin embargo, es cierto que si de cada uno se consigue extraer el máximo de electricidad en un instante, sumando todos se puede crear una fuente muy importante de energía para mantener a un número importante de viviendas cubiertas.
Resumiendo, es un gran proyecto pero a día de hoy es inviable. Teniendo en cuenta que muchas autopistas aún no están amortizadas económicamente hablando y no se dispone de grandes partidas del presupuesto para estos asuntos, se puede decir a viva voz que aún habrá que esperar para disponer de energía eléctrica de forma gratuita s través de las carreteras solares.