¿Quién iba a decir que terminaría en Freno Motor apareciendo el conflicto que está viviéndose en Mosul y poblaciones anexas estas últimas semanas? El autodenominado Estado Islámico está atrincherado en uno de los bastiones, resistiendo el fuego de los combatientes iraquíes que actúa con el apoyo internacional.
¿Cómo, entonces, puede una noticias salpicar hasta las líneas que estás leyendo? Uno de los combatientes kurdos ha hecho gala de una valentía increíble al adentrarse en medio de la línea enemiga para salvar a decenas de personas que vivían bajo el régimen del Califato. ¿Qué es lo que ha hecho y por qué aparece aquí? Sigue leyendo y lo comprenderás de inmediato.
El blindaje que ha salvado la vida a decenas de personas en Kirkut
Su nombre es Aki Aburrahman y puede considerarse como un héroe para la población kurda por lo valiente que ha sido en una operación llevada a cabo a título personal. En la población de Kirkut, hasta hace unos días bajo dominio de los yihadistas, había una gran cantidad de heridos de bala derivadas del conflicto por lo que sabía que necesitaban de la ayuda de un médico.
Él tenía conocidos entre los posibles heridos, lo cual le hizo adquirir hace unos meses un BMW Serie 7 de segunda generación con carrocería blindada. Una vez en su poder, lo pintó con colores de camuflaje y sin pensárselo dos veces, fue realizando viajes casi ‘suicidas’ en busca de la población que había vivido en primera mano la crueldad de la guerra.
Llegó a montar en el coche a un total de 70 personas, liberándolas de aquella pesadilla de fuego cruzado entre los dos bandos. Lo más llamativo es que su acción no se llevó a término en presencia de un ‘alto el fuego’ o un descanso en la lluvia de disparos, ¡que va! Los francotiradores yihadistas sabían cuáles eran sus intenciones por lo que disparaban a matar cada vez que tenían al BMW en su mirilla.
Su hazaña terminó cuando la berlina de lujo dijo basta. ¿Sabes cuántos impactos de bala había a lo largo de toda la carrocería? Un total de 50 surcos estaban clavados entre la chapa y los cristales de alta resistencia. Uno de ellos llegó a penetrar el motor, dejándolo inservible e inamovible.
BMW, el fabricante alemán ajeno al conflicto, no pasó por alto su hazaña, ofreciéndole un vehículo de sustitución y pidiéndole permiso para llevar el increíble vehículo blindado al museo que la compañía posee en Munich. El joven combatiente, sin embargo, ha declinado la oferta, excusándose diciendo que prefiere entregarlo a un museo de la localidad una vez que se reconstruya, ya que así es como verdaderamente se podrá destacar la valentía del pueblo kurdo.