Los conductores tenemos una pesadilla en las carreteras, y no es otra que los radares. Nos sabemos donde están los cinemómetros fijos de las zonas donde vivimos, y procuramos no sobrepasar el límite de velocidad. Pero el problema viene con los radares móviles, donde la policía se las ingenia para esconderlos en los lugares más inverosímiles y retorcidos para pillarnos desprevenidos.
En la inmensa mayoría de ocasiones los radares móviles no están colocados para aumentar la seguridad vial sino como afán recaudatorio. Pero parece que esta injusticia se va a acabar. Así lo ha anunciado la directora general de la DGT María Seguí, hace escasos minutos en el Congreso de los Diputados.
Dejan de atracarnos para concienciar a la población de circular con cautela
Después de situarnos como uno de los países más seguros en materia de seguridad vial —gracias al constante descenso de muertes en las carreteras—, nos advierte que a partir de ahora todos los radares fijos y móviles serán visibles en las vías, y existirá una advertencia previa. Parece increíble pero es cierto y oficial. De hecho será una medida que ocurrirá inmediatamente, no tendremos que esperar mucho para ello.
Esta iniciativa se adopta para que los conductores respeten los límites establecidos y, en particular, en aquellos tramos identificados como especialmente peligrosos. La denuncia no es el objetivo final. La velocidad no es intrínsecamente ni buena, ni mala; el reto es su gestión.
Así pues se ampliará la información en la web de la DGT con un listado con la ubicación de todos los puntos de control. A esta base de datos se añadirán los radares móviles junto a los fijos que ya están identificados. Esto valdrá precisamente para las empresas que fabrican detectores de radares fijos. Ahora los radares también sabrán qué tipo de vehículo fotografían para en este caso poder sancionar a camiones o vehículos comerciales que van a velocidades correctas para un turismo pero que superan el límite de su categoría.
Aunque cuesta creer que esta medida vaya a ser verdad, me pregunto por qué han tardado tantos años en darse cuenta del daño que nos hacían a conductores pasándose la seguridad vial por el forro.