Después de que conociéramos ayer la noticia de que el Rey Juan Carlos I abdicaba para dejar la corona de España en manos de su hijo heredero Felipe VI, hoy os traemos algunas de las joyas automovilísticas que el Rey guarda en su garaje. El Rey es una persona aficionada al mundo del motor y como no podía ser menos, guarda una fabulosa colección de coches y motos. El rey tiene una de las colección de automóviles más codiciadas, pero pocos detalles se dan acerca de su garaje y su patrimonio en este apartado. Si os parece, vamos a darnos una pequeña ‘vuelta’ por su garaje para conocerlo más de cerca.
Cuando el todavía príncipe Juan Carlos adquirió el ya famoso Mini 1275C en el año 1969 por 100.000 pesetas, nunca se imaginaba que acabaría con una de las mejores flotas automovilísticas del mundo. Poco después vendería el Mini a su primo Gonzalo de Borbón. En este tiempo y antes de convertirse rey de España, su afición por el mundo automovilístico comenzaba a latir.
Según hemos podido comprobar, estas ‘joyas’ se encuentran en el Palacio de Oriente, en La Zarzuela y en El Pardo, y forman parte del Patrimonio Nacional, que su vez es cargo del Parque Móvil del Estado. Ninguno pertenece legítimamente al Rey, aunque sea él el único que tenga acceso a esta flota de automóviles.
Seguramente muy pocas personas tienen el privilegio de acceder al garaje de Juan Carlos I. Allí se aguardan joyas de la talla de tres Rolls Royce Phantom IV -uno de ellos descapotable-, un Mercedes-Benz SL55 AMG valorado en 150.000 euros o dos, esta vez algo mas humildes, Nissan 350Z. También posee varios todoterrenos de diferentes marcas, e incluso un Smart que es el favorito de doña Sofía y el que suele utilizar en contadas ocasiones.
Uno de los Rolls Royce Phantom IV fue creado en 1950 para el aniversario de bodas de Isabel II de Inglaterra y del que sólo existen 18 ejemplares más. Este coche fue adquirido en los años cincuenta por Francisco Franco y fue también el que utilizó la princesa Letizia el día de su boda en la Catedral de Almudena.
También posee algunos clásicos como Mercedes G4, que fue regalado por Hitler a Franco, un Mercedes 770 Pullman o un Silver Wraith. Después, como no estaba bien visto después de la Segunda Guerra Mundial tener un Mercedes, se pusieron de moda modelos americanos, grandes, comodos y elegantes. También hay peculiaridades como un Ford V8 de 1938 convertido en dormitorio personal y despacho.
No tenemos mucha trascendencia acerca de lo que guarda, por lo que solo podemos hablar de lo que han visto personas que han tenido el privilegio de estar allí.
Algunos de estos coches se han puesto a la venta, como por ejemplo un Maserati Quattroporte que se vendió por 100.000 euros al presidente de la CEOE e íntimo amigo del monarca. También se ha vendido uno de los primeros coches blindados que tuvo el rey, un Mercedes 450 de color azul que fue adquirido por 25.000 euros y que se había comprado a un particular hace quince años.
Pero la mayor parte de esta flota no ha sido adquirida por él, si no que son regalos y obsequios de personalidades importantes como dos Ferrari valorados en 500.000 euros que le regaló el jeque Mohamed bin Rashid al Maktoum a finales de 2011. Algunos de los vehículos son cedidos al Rey durante un tiempo indeterminado para que los pruebe y de su veredicto acerca del vehículo prestado.
Uno de estos casos es el del exclusivo Maybach Côte d´Azur 57S que recibió de manos del presidente de Daimler-Chrysler, Dieter Zetsche, en los Laureus World Sports Awards de Barcelona en 2006. Años antes Zetsche también le había regalado al Rey un Audi RS6 berlina valorado en unos 100.000 euros.
Otros de los valiosos obsequios recibidos por el Rey fue un Audi A8 que el presidente de la marca de los cuatro aros le cedió al monarca. En este mismo tiempo, el monarca recibe también un Porsche 959 de un grupo de empresarios valorado en 24.5 millones de pesetas. Años más tarde, en diciembre de 1990, el monarca viajaba a bordo de su Porsche 959 con la infanta Cristina a los pirineos cuando sufrió un accidente.