La congestión en la grandes ciudades provoca, entre otros tantos problemas, niveles altos de emisiones de partículas contaminantes. Esta polución se concentra en los núcleos urbanos creando un clima de baja calidad para la población. De entre todas las mecánicas que se comercializan, el diésel es la que peor trata el medio ambiente.
Curiosamente, el parque móvil europeo y, especialmente el español, son los que mayor porcentaje de vehículos tienen bajo esta tecnología. Actualmente, un 70% de las ventas de hoy día están basadas en motorizaciones diésel y por supuesto, estos niveles están calculándose desde hace ya unos cuantos años. Si a esto se le suma que la crisis ha retrasado el periodo para cambiar de coche con unas emisiones menores, el resultado es determinante: una movilidad mucho más contaminante que la de hace unos años.
Ante este escaparate y lo que está por venir, Manuela Carmena ha sacado a debate un tema que parece aún ser tabú, eliminar la conducción diésel de la ciudad. Tras unos meses en el cargo y, a través de la Concejalía de Medio Ambiente y Movilidad se está buscando la forma de atajar el problema de raíz. ¿Qué consecuencias podría traer la eliminación de los vehículos con esta motorización?
Las declaraciones de Inés Sabanés que no debes dejar pasar por alto
El nombre de la concejalía ya, de por sí, deja claro las intenciones y el programa que pretende seguirse para solucionar un problema que está multiplicándose en las grandes ciudades de medio mundo, los altos niveles de contaminación. Medio Ambiente y Movilidad no deberían tener una relación común pero cuando se abusa de los recursos fósiles para el transporte, termina afectando a la calidad del aire. De esta forma, Inés Sabanés, concejal por el Ayuntamiento de Madrid ha dejado claro en una entrevista:
Llegará un momento en el que los coche no limpios no podrán circular y se tomarán medidas restrictivas en toda la almendra central.
Además, como complemento a las declaraciones llevadas a cabo para uno de los medios de comunicación más importantes de España, ha dejado claro cual es el horizonte de aplicación para las prohibiciones que pretenden instaurarse en la capital.
El horizonte es 2020, intentaré convencer a todo el mundo de que los planes estratégicos tienen que ir más allá del límite de la legislatura.
Obviamente, de nada sirve que este tipo de leyes se firmen y deroguen conforme se llegue a la alcaldía. Para que surgiesen efecto, deberían sostenerse en el tiempo y únicamente es posible convenciendo a la diversas ideologías para no modificar la ley cada dos por tres.
Estas informaciones llegan días después de que Madrid haya actualizado su plan para combatir los episodios de contaminación que se producen durante muchos días en los últimos meses. Se ha convertido en una batalla con la que lidiar para mejorar la calidad del aire de los habitantes de las grandes ciudades. El modelo madrileño es uno de los muchos que se están llevando a cabo en los núcleos urbanos con el fin de reducir la polución.
No es la primera vez que se vincula directamente a los vehículos propulsados por motores de combustión diésel con la mala calidad del aire. En Delhi, la India, ya están introduciéndose legislaciones que ponen en el ojo del huracán esta tecnología, prohibiendo la comercialización de vehículos con esta propulsión y la entrada de los mismos dentro de un perímetro de la ciudad.
Por otro lado, políticas como la llevada a cabo en Logroño por una empresa local podrían servir para disminuir el tráfico y, por tanto, el nivel de emisiones contaminantes. Generalmente, la polución tal y como la estamos viviendo es un problema con el que hay que acabar, ya sea por imposiciones administrativas o por una mentalidad un poco más ecofriendly, reduciendo los viajes privados innecesarios y cogiendo más el transporte público.