Muchas vueltas se le esta dando a este tema, aunque ya ha pasado una buena temporada desde el accidente en el que fallecieron el actor Paul Walker y Roger Rodas, quien pilotaba el coche en el momento de la desgracia.
Se van aclarando poco a poco las causas del accidente ya que el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles ha confirmado que el Porsche Carrera GT en el que perdieron la vida sus dos ocupantes el pasado 30 de noviembre viajaba a una velocidad de entre 130 y 150 km/h en el momento en el que se produjo el accidente. El límite de velocidad para ese tramo es de unos 72 km/h, la mitad de la velocidad a la que iban.
Los informes tras el accidente ya apuntaban un exceso de velocidad como una de las principales causas por las que se produjo el suceso. Ahora ya sabemos con exactitud la velocidad a la que viajaban, que era más del doble de la velocidad permitida en ese lugar. También apuntan a unos neumáticos deteriorados lo que unido al esceso de velocidad nos hace pensar en accidente mortal. Probablemente con los neumáticos en buen estado no se hubiera producido tan trágico suceso.
Los representantes de la marca Porsche que examinaron el vehículo encontraron varios problemas en él, pero afirman que estos problemas no fueron decisivos a la hora de provocar el accidente. Porsche Cars North America ha afirmado que el diseño del vehículo había sido modificado y que su mantenimiento no había sido todo lo correcto que debería haber sido, aunque no había síntomas de problemas mecánicos que pudieran haber provocado el accidente.
Los neumáticos del Porsche Carrera GT en el viajaban Roger Rodas y Paul Walker tenían nada más y nada menos que nueve años, algo nada recomendable en un vehículo y muchos menos en un superdeportivo como el que conducían. Es muy importante mirar de vez en cuando el estado de los neumáticos para evitar un accidente como el ocurrido el pasado 30 de noviembre. El vehículo en el que perdieron la vida se encontraba a la venta en la tienda que regentaba el ex piloto Roger Rodas.