Mientras que los altos dignatarios europeos casi siempre han preferido desplazarse en berlinas premium como el Mercedes Clase S, el Audi A8 o el BMW Serie 7, los presidentes de Estados Unidos han optado siempre por limusinas de fabricación autóctona. En cambio, los últimos presidentes de Rusia, ante la inexistencia de un vehículo digno de su rango fabricado en su propio país, han tenido que utilizar durante años coches extranjeros. Sin embargo, parece que esto va a cambiar, si al final sigue adelante el proyecto de creación de una limusina presidencial de fabricación rusa.
El Proyecto Motorcade
El blog ruso Wroom.ru ha publicado en su versión en inglés una noticia llamativa: el Proyecto Motorcade contará con un motor construido por Porsche. Al parecer, tras descartar el prototipo de limusina diseñado por Marussia, Vladimir Putin encargó a principios de 2013 al NAMI (Instituto Central de Investigación Científica de Automóviles y Automoción) que liderase el proyecto denominado Motorcade. La idea era que esa entidad fabricase un vehículo de lujo que sirviese como limusina presidencial. Muy pronto, la división de ingeniería de Porsche se sumó al proyecto como consultor externo.
Parece ser que Porsche Engineering Group ha resultado ganadora en un concurso al que también accedieron empresas como AVL, Ricardo y FEV. El primer motor que se creará será un turbo V12 con una capacidad que oscilará entre los 6.0 y los 6.6 litros y una potencia cercana a los 810 cv. Este no será el único que se fabrique, ya que la intención es diseñar también propulsores V8, V6 y hasta de cuatro cilindros. Porque la idea, en principio, es que el Proyecto Motorcade no solo fabrique una limusina presidencial, sino que se construirán también el resto de coches que formarán parte del séquito de Putin, entre los que destacan varios SUV e incluso hasta un minibús.
No solo se fabricará la limusina presidencial
Se prevé que el vehículo pueda estar preparado para el año 2017. Por eso del patriotismo que rodea a todos los actos de gobierno de Putin, la limusina será fabricada en la planta rusa de ZMZ utilizando en su mayor parte componentes nacionales. El Proyecto Motorcade prevé el montaje de una plataforma modular para construir motores longitudinales con tracción a las cuatro ruedas. Y creo que es una idea interesante que, para rentabilizar la inversión en I+D, se valgan de dicha plataforma –así como del know how adquirido– para producir vehículos en serie. Para enamorar a su posible clientela –principalmente de gran poder adquisitivo–, pretenden comercializar una interesante gama de berlinas y SUV, que son los modelos más codiciados en la Federación Rusa.
Los horrorosos coches soviéticos
Históricamente los mandatarios soviéticos se movieron siempre en automóviles de fabricación propia. Se trataba de armatostes diseñados ex profeso para los miembros más importantes del partido. Junto a las mecánicas poco fiables tan propias del período comunista, estos trastos se caracterizaban por un mal gusto kitsch y orientalizante, tan horripilante como un tanatorio decorado con baratijas chinas. De hecho, los coches utilizados por Brezniev, por Andropov o por Chernenko parecían más lujosas carrozas funerarias que vehículos presidenciales. A modo de ejemplo, en el vídeo que ilustra este epígrafe puedes ver la incómoda y ortopédica limusina que usaba Boris Yeltsin.
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Tras el fallido concepto presentado por Marussia, parece que la imagen publicada por Wroom.ru puede estar muy próxima a la realidad proyectada. En ese caso, los mandatarios rusos pasarían de un aparatoso vehículo de lujo propio de multimillonarios rusos como el planteado por Marussia ZiL a un automóvil más sobrio, pero que no perdería ni un ápice del particular mal gusto eslavo.