En todos los sitios hay listos que quieren aprovecharse de los demás. Siempre ha pasado y pese a que en muchas ocasiones consiguen salirse con la suya, hay otra veces que son cazados y finalmente, acaban pagando por lo que han hecho de forma ilegal. ¿Quién no ha escuchado hacer tal actividad con rentabilidad sin que haya una factura de por medio para ahorrarse el IVA? Día a día se destapan fraudes y el objetivo siempre debe ser desenmascarar todos los engaños y estafas que uno se encuentre, solo así se podrá luchar contra la ilegalidad.
En el día de hoy se ha dictado sentencia de uno de los casos más sonados por un posible fraude en el sector automovilístico. ¿Recuerdas aquella unidad del Bugatti Veyron que misteriosamente terminó en un lado de Texas? Pues bien, ya se conoce el final de la historia y el resultado es que el conductor terminará pasando un año a la sombra y devolviendo un dinero que no le correspondía. ¿El por qué? Aquí tienes el vídeo para juzgar por tí mismo las imágenes y poder así tener tu propia visión de lo ocurrido.
Ya está firmada la sentencia, un año de cárcel para el conductor del Bugatti Veyron siniestrado
Tras estas palabras puede dar la impresión que está casi prohibido conducir uno de los mejores deportivos de la historia pero precisamente es eso. A modo de resumen, antes de que sucediese el accidente del vídeo que acabas de ver, en el segundo semestre del año 2009, el conductor firmó una póliza de seguro con la aseguradora Philadelphia Insurance por un valor de 2,2 millones de dólares, es decir, unos 2 millones de euros a día de hoy.
Hasta aquí parece todo normal y más aún, cuando haces un trato con una persona que acaba de gastarse en torno a un millón por uno de los 450 Bugatti Veyron fabricados. Es más, el hecho de que se tratase de la unidad ‘normal’ 16.4 quedaba a un segundo plano. ¿Cuando comienzan los problemas? Cuando en la central de la compañía aseguradora suena el teléfono y al otro lado hay un tal Andy House explicando cómo ha ocurrido el accidente.
Al mismo tiempo, en cualquier otra parte del mundo, unas personas que estuvieron en el lugar y momento exacto, subieron a la red un vídeo que tenía como protagonista a un Bugatti Veyron decidido a abandonar el asfalto y darse un chapuzón, siendo, qué casualidad, el mismo que estaba en propiedad de Andy House. Las sospechas y especulaciones que se cernían sobre el caso no hicieron más que aumentar tras ver las imágenes por lo que finalmente decidieron demandar a su cliente por estafa.
El resultado, unos seis años más tarde, ha quedado en una condena de un año de cárcel para el propietario del superdeportivo, el cual tendrá que, además, devolver la suma de 600.000 euros que ya le había adelantado la compañía aseguradora por el contrato firmado en el pasado. De esta forma, ha quedado el caso cerrado tras admitir, el ya culpable, su intención de buscar una indemnización a propósito.
Esperemos que en el futuro, cualquier poseedor del Chiron no se vea envuelto en ningún escándalo de este calibre y es que el actual Veyron ya se ha visto implicado en varios frente en relación a accidentes.