Vivimos en un país repleto de suposiciones; cada día hacemos decenas de ellas aunque no nos demos cuenta. Cuando conversamos con un colega de trabajo, cuando vamos por la calle, cuando tomamos un café en el bar, y evidentemente cuando nos multan por una infracción de tráfico.
¿Porque quién no ha pensado alguna vez que la Guardia Civil se preocupa más en recaudar dinero a base de multas que en vigilar verdaderamente por nuestra seguridad? Pues aquellos que piensan en que esta suposición es cierta, tienen ahora una buena prueba para defenderla.
Porque el pasado martes el sindicato de la Guardia Civil, UniónGC, hizo oficial un comunicado en el que denuncia que “desde la Dirección General de este cuerpo policial” se ha aprobado una nueva Instrucción de Tráfico, que “no sólo es abusiva, injusta y discriminatoria, sino que además camufla el pago de productividades a los guardias civiles según su capacidad sancionadora”.
Si un Guardia Civil no multa lo suficiente, sanción de 143 euros
Parece ser que a la dirección de la Guardia Civil se le ha despertado ese afán recaudatorio si atenemos a lo que dice esta nueva Instrucción de Tráfico. En concreto, si un Guardia Civil no alcanza la puntuación exigida por sus superiores, serán advertidos hasta en dos ocasiones, y a la tercera serán propuestos para que se les retire el complemento de seguridad vial, en concreto 143 euros.
Hablando en plata, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil se convierte con esta nueva Instrucción de Tráfico en unos comerciales de un seguridad vial meramente productiva a nivel económico en los que priman las cifras en vez de las personas, y que en vez de cobrar comisión, verán su sueldo disminuido si no alcanzan con el cupo exigido.
Su puesta en práctica
No quiero poner en duda la profesionalidad de los agentes de la Guardia Civil, pero está claro que con esta nueva medida, su labor principal deja a un lado la prevención y el auxilio en favor de los intereses meramente recaudatorios.
Como es fácil de imaginar, y según denuncia también UniónGC, esta nueva medida se está traduciendo en una intensificación de los controles de alcoholemia y drogas, a la vez que se persiste en la activación de radares móviles a la caza de la multa fácil y masiva.
La Instrucción, que ha sido aprobada en contra del criterio de todas las asociaciones profesionales de la Guardia Civil, es considerada por la UniónGC “una nueva barbaridad reguladora de la actividad de los guardias civiles de tráfico”, por lo que está considerando iniciar acciones legales contra esta imposición que, dicen, “no solo genera discriminaciones sino que además pudiera ser abusiva y con claro perjuicio no solo para los guardias civiles sino también para el ciudadano en general”.