Desde el primer día que se tuvo la posibilidad de instalar uno en el coche, los detectores de radar han ido sufriendo una continua caza de brujas que culminaron el pasado mes de mayo con la entrada en vigor de la nueva Ley de Tráfico y su prohibición total. Lejos de la polémica sobre dicha decisión y del moral o amoral uso que se pudiera realizar de dichos detectores, no era de extrañar que alguna compañía no tardara en hacer realidad ese dicho de “quien hizo la ley hizo la trampa” en forma de nuevo invento. Pues bien, dicho dispositivo se llama Target Blu-Eye, y os aseguramos que no está exento de polémica.
¿Pero de que se trata exactamente? En primer lugar, hay que matizar que no se trata de ningún otro tipo de detector, inhibidor, o avisador de radar, sino de un dispositivo que detecta la presencia de cualquier tipo de vehículo de emergencia en un radio de 800 metros, ya se trate de una ambulancia, un camión de bomberos, patrulla de policía, o vehículo de la Guardia Civil.
Hablando en plata, se trata de un dispositivo que nos avisará mediante un aviso sonoro y luminoso de la presencia de uno de estos vehículos. Para conseguirlo el Target Blu-Eye lo que hace es detectar las señales de radio emitidas a través de la frecuencia TETRA, que es la que utiliza este tipo de servicios de emergencia.
Seguramente, ya se te habrá pasado por la cabeza la idea de que muchos conductores estarían encantados de tener un ejemplar de este aparato para poder pisar sin pudor el acelerador, a la misma vez que evitan el riesgo de ser multado por algún radar móvil colocado estratégicamente por la Guardia Civil. O bien, para poder conducir tranquilamente tras haber bebido alguna copita de más sabiendo con la suficiente antelación la posibilidad de la existencia de un control de alcoholemia en ese punto donde ya han picado con anterioridad.
Incluso la policía va más allá, y ve en este dispositivo un fiel aliado de todos aquellos delincuentes que operan todos los días al margen de la ley. Al menos, eso podemos interpretar si atendemos a las declaraciones realizadas por Ian Johnston, comisario de la policía de Gwent (Reino Unido)
Este aparato es un pasaporte para delinquir y no hay razón para que una persona que respete las leyes posea uno. Un criminal hará un intercambio de drogas, verá una luz en su salpicadero y se deshará del alijo ilegal, para volver a cogerlo cuando la policía no esté por la zona. Y un conductor estará sobrepasando la velocidad máxima en autovía, una alerta le avisará y reducirá su velocidad.
Mientras, como es de esperar, en el otro bando tenemos a la empresa distribuidora del Target Blu-Eye en el Reino Unido; CBS Automotive, cuyos dirigentes aseguran que el único fin para el que se diseñó este dispositivo es el evitar accidentes advirtiendo a los conductores de la cercanía de vehículos de emergencia para facilitarles el paso. Para ello argumentan que, por un lado el Target Blu-Eye no puede diferenciar entre un coche de policía y una ambulancia, y que por el otro tampoco tiene capacidad para interferir en las conversaciones que tengan lugar a través de dicha frecuencia, sino que solamente la detecta.
Como vemos, la polémica está de nuevo servida. Tenemos ante nosotros un nuevo invento que no será ajeno a la moralidad del ser humano en lo que a su buen o mal uso se refiere. Su precio definitivo en el Reino Unido es de 999 libras esterlinas, lo que al cambio suele venir a ser unos 1.265 euros, de modo que se convertirá en un juguete apetitoso para muchos conductores, pero… ¿con qué fin? Esperemos que la ética se imponga al beneficio propio, aunque si te soy sincero, con este caso en concreto no soy muy optimista.