La compañía estadounidense ha sabido ganarse su propia publicidad a raíz de la polémica que ha suscitado en la gran mayoría de los países en los que ha estado o continúa operando. La mala fama llega, principalmente, por el impacto económico negativo que supone la llegada de un nuevo mercado para el sector del taxi.
Esté uno a favor o en contra de la aplicación móvil, lo cierto es que ‘es poner barreras al campo’ la prohibición de este tipo de nueva demanda. No obstante, Uber mantiene firme su política de expansión y está en continua búsqueda de soluciones que le permitan competir en mercados que a día de hoy, son imposibles.
Han intentado de todo, desde aliarse con Airbus para dominar el transporte aéreo hasta facilitar el uso de la aplicación a conductores de los famosos rickshaws de la India. Ahora, esta nueva política llevada a cabo en la capital de Tailandia busca, una vez más, jugar con los vacíos legales de la ley local. ¿Hasta cuando podrán operar si las autoridades creen que es una amenaza para lo establecido?
UberMOTO, el servicio con el que la aplicación busca conquistar la capital tailandesa
Bangkok ha sido escogido como punto neurálgico para el desarrollo de mercado en la región asiática. No hay que olvidar que el continente más poblado del mundo es Asia y, por tanto, conviene crear una necesidad. Al fin y al cabo, las empresas viven de esto, satisfacer algo que los consumidores necesitan saciar.
Así pues, ¿cómo operar en un lugar en el que la velocidad media en el ámbito urbano no supera los 20 km/h y en hora punta no llega a los 10 km/h? Muy sencillo. Eliminando desde el primer momento el negocio del automóvil, debían buscar algo mucho más eficiente y rápido cuando los atascos son monumentales. Sí, como has podido imaginar, las típicas scooters son el vehículo que han determinado que mejorará el transporte colectivo en la ciudad.
La entrada en este mercado será prolongada en el tiempo, es decir, del programa piloto que estará presente estos meses se pasará a una flota mucho más grande si los números así lo permiten. Además, con el objetivo de evitar posibles multas y pasar desapercibidos en cuanto a la forma de conducir de sus ’empleados’, la compañía hará un exhaustivo examen a todos y cada uno de los candidatos que se conviertan en los chóferes de los usuarios.
Por otro lado, por legislación de la capital tailandesa, los ciclomotores y cualquier otro vehículo de dos ruedas tiene como principal requisito para poder rodar el uso del casco. De esta forma, el conductor de Uber deberá siempre disponer de uno segundo para que lo pueda usar quien hace uso de la aplicación. En caso contrario, el protagonista recibirá la correspondiente multa y una sanción, a falta de determinar, por parte de la empresa de transporte colectivo.
El servicio acaba de aterrizar y estará operativo en las áreas de Sathorn, Siam, y Silom. Hay que pensar que estamos hablando de una metrópolis con más de 8,5 millones de habitantes. Un reto más que ambicioso, ¿verdad?