Seguramente que muchos de vosotros os animáis bastante a prepararos una oposiciones para ingresar en el cuerpo de la Guardia Civil si su flota de vehículos estuviera compuesta por modelos de un corte bastante más deportivo del que actualmente tiene, tal y como ocurre en lugares como Dubai, por citar un ejemplo algo exagerado.
Independientemente de las prestaciones de los vehículos puestos al servicio de la Benemérita, si de algo se conocen tanto en éste como en otros cuerpos al servicio de la seguridad del Estado, es que su vida suele alargarse mucho más de lo recomendado para cumplir con garantías las exigencias a las que son sometidos.
Pese a que en años anteriores los coches de la Guardia Civil eran retirados del servicio cuando alcanzaban los 100.000 kilómetros debido a su empleo y desgaste continuado, por parte de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) se ha denunciado en multitud de ocasiones la falta de renovación de la flota.
Y es que algo más del 30% del total de vehículos al servicio de la Benemérita tiene más de 10 años, superando los 200.000 kilómetros, y un 8% superan los 300.000 kilómetros recorridos, según los datos hechos públicos por el propio Ministerio del Interior en una respuesta parlamentaria a finales de 2014.
Como es fácil de imaginar, al estar casi de forma permanente en servicio, estos vehículos hacen una barbaridad de kilómetros, de forma que si la flota no se renueva con periodicidad, es fácil encontrar vehículos que incluso sobrepasan los 400.000 km, con el consecuente riesgo para los propios agentes y el perjuicio para el servicio que éstos prestan. Como ejemplos, podemos citar un Nissan Terrano II del puesto de Cambil (Jaén) con más de 432.000 kilómetros, un Toyota Rav 4 del Destacamento de Tráfico de Cantabria que supera los 305.000 kilómetros, o varios del puesto de Jumilla (Murcia), uno de los cuales marca más de 488.000 kilómetros.
Por este motivo, y para aumentar más la recaudación más allá de las simples multas, la Dirección General de la Guardia Civil ha puesto en marcha el proceso de enajenación de vehículos de su propiedad que han sido dados de baja para el servicio.
Así, el Instituto Armado se deshará de una flota de casi 500 vehículos entre los que se encuentran turismos, todoterrenos, motocicletas, remolques y blindados, todos ellos dados de baja debido a su antigüedad, kilometraje y encarecimiento de las reparaciones, por lo que han dejado de ser operativos para el servicio.
Pero lo realmente llamativo es el precio en los que están tasados estos vehículos, tanto que puede considerarse como una cifra simbólica… o tal vez no, porque seguramente habrá vehículos en un estado obsoleto para su uso, tanto, que la Administración no se hará responsable del estado y funcionamiento de tales bienes. Como ejemplo, podemos citar que los todoterrenos tienen un valor estimado de 630 euros y los turismos un valor de 105 euros, mientras que las motocicletas no superarán los 30 euros.
Sin embargo, si estás interesado en adquirir un vehículo debes saber que hay truco, ya que no se podrá adquirir un vehículo suelo, sino que se deberá presentar una oferta por un lote completo de los 10 en los que se agrupan la totalidad de estos bienes.
Está claro que esta oferta se presenta como una buena oportunidad para aquellas empresas de desguace o dedicadas a la chatarra más que para quienes estén interesados en seguir dando un uso convencional a estos vehículos.