Hay muchas cosas interesantes que esperamos de Alfa Romeo en los próximos diez años. Pero hay un proyecto realmente estúpido que han descuidado, el 164 Procar.
Construido en 1988, cuenta con un chasis de aluminio y Nomex, una carrocería de tres partes hechas de fibra de carbono, Kevlar y Nomex, y por supuesto, un motor de “locura”, un V10 con especificaciones de Fórmula 1.
Es capaz de producir más de 600 cv, que para los estándares que ese están manejando hoy en día para los hipercoches, suena un poco “pobre”. Pero debido a que solo pesa 750 kg, que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en poco más de dos segundos y que tiene una velocidad punta de 349 km/h, bien podría ganarse un sitio entre los mejores.
Y llegados a este punto, podríamos preguntarnos, ¿Por qué?, ¿Por qué Alfa se plantearía construir este “Frankestein” de las cuatro ruedas?, sencillo, toda la culpa es de Bernie Ecclestone.
Veamos, a principios de los años ochenta, hubo una competición denominada ProCar Series. Se trataba de un campeonato de apoyo para la F1, ya que se corría antes del evento principal, y participaban pilotos famosos a los mandos de unos BMW M1 preparados. A medida que la década llegaba a su punto medio, estos M1 ponían los dientes largos a más de uno, y a Ecclestone, se le ocurrió la idea de crear una serie de carreras denominada Formula S para reemplazarlo. ¿De qué se trataba?, pues básicamente de una guerra masiva entre los coches que vuestros padres bien podían tener en el garaje, pero con los motores de Fórmula 1.
Convenientemente, Alfa había creado un par de motores de F1 en ese momento, y su propietario, Fiat, acababa de “comprar” al experto en chasis Brabham. Cuando Bernie anunció su nuevo plan, Alfa se abalanzó sobre él, y dijo que era el primer fabricante en explotar el potencial de las nuevas regulaciones.
La cosa esta, en que nadie más le preguntaba sobre la Fórmula S, y Alfa comenzó a preocuparse. Así, en un intento de captar la atención, Ricardo Patrese fue llamado para dar dos vueltas de demostración con el 164 Procar durante el fin de semana del Gran Premio de Monza de 1988. La cosa es que los slicks Michelin que llevaba eran algo viejos y le dijeron que se lo tomara con calma, y que realizara una aceleración en la recta principal. El resultado fue desastroso y un poco lento. Las multitudes ya no centraban su atención en este nuevo campeonato y el resto de fabricantes decidieron desviar sus excedentes monetarios hacia otras inversiones, mientras que Bernie Ecclestone decidió anular la Formula S.
Sin vehículos contra los que competir, el 164 Procar, solo realiza viajes de vez en cuando para acudir a eventos especiales. Esperamos que Bernie no quemara a Alfa Romeo de por vida. ¿Alguien más se atreve con un Giulietta V6 con KERS?.