Defensores y detractores mostraron su opinión cuando los rumores apuntaban a la creación de un superdeportivo eléctrico bajo la marca de los 4 aros. Las primeras investigaciones estaban en lo cierto, se trabajaba a un ritmo constante sobre la plataforma del modelo estandarte de los deportivos de la compañía, el R8.
Mucho se dijo por aquel entonces pero al final, los números no han dado la viabilidad que podría esperarse. Definitivamente, no se verán muchos Audi R8 que no emitan ruido a su paso. Ahora que ya se ha cancelado el proyecto uno puede pararse a pensar tranquilamente y determinar que quizás nació para esto, para acabar en un hueco bonito del museo para decir dentro de unos años que en el 2016 ya se había especulado con esta posibilidad de producción.
Ahora bien, ¿de qué pecaron cuando se vieron en la posibilidad de invertir sus esfuerzos en un modelo más accesible al mercado en vez de esta versión sin apenas personalidad? Un Audi R8 (siempre se adorará la versión V10), nació para hacer frente a los Ferrari, Aston Martin, Lamborghini, etc. ¿Una versión eléctrica? No era ese el camino.
Por qué muere aquel proyecto del Audi R8 lleno de baterías
Estéticamente es precioso, ¡hasta el color se asemeja con lo que se espera de un eléctrico! Ahora bien, cuando uno ya tiene concebida la idea de que al girar la llave uno se encontrará un motor V10 rugiendo tras se sí, todo cambia.
¿No hubiese sido más lógico crear un superdeportivo alternativo partiendo desde cero? Dejando a un lado la capacidad de la compañía alemana en cuanto a presupuestos e inversión, podría haberse visto la operación desde otro punto de vista. No hubiese habido un sesgo comparativo entre ambas versiones. Sí, quizás hubiese sido mejor haber llevado a cabo una política parecida a la utilizada por BMW en su i8.
Con esto no quiere decirse que no fuese un superdeportivo válido para llamar la atención. Lo tenía todo; imagen, autonomía aceptable y calidad en los materiales eran sus principales valías. Ahora bien, ¿cuáles eran sus principales características que lo definían?
El Audi R8 e-tron es capaz de alcanzar los 100 km/h en tan solo 3,9 segundos y lograr una velocidad punta de 250 km/h, limitados electrónicamente para no penalizar en exceso una autonomía lógica de unos 450 km aproximadamente. No está mal considerándose que las baterías son de un total de 92 kWh.
Así pues, pese a que Audi ha abortado el plan de acción basándote en el icónimo superdeportivo, todo hace indicar que volverá a la senda más racional, la inversión en modelos mucho más generalistas para aumentar sus cuotas de mercado en el segmento de los vehículos eléctricos.
Hasta el momento se habían producido unas pocas unidades, todas ellas vendidas a personas que habían sido capaces de pagar cantidades cercanas al millón de euros con tal de gozar tener en posesión un vehículo único e irrepetible. Ahora bien, ¿gozará del beneplácito de los coleccionistas o pasará a la historia como aquel modelo que Audi no quiso vender por no tener demanda? En unos años tendremos la respuesta.