El Audi R8 siempre ha sido el coche más puro de Audi. Un superdeportivo de altos vuelos, diseñado y nacido con sangre de competición. Eso se nota en el mimo que han puesto en Ingolstadt en su buque insignia. Siempre se ha caracterizado por la posibilidad de elegirse con cambio manual y sus motores siempre han sido atmosféricos de gran cilindrada.
Pero esto último parece que va a cambiar por primera vez. Aunque seguirá contando con estos monstruosos V10 atmosféricos, esta generación será la primera en traer una variante turboalimentada. No es una confirmación oficial pero a uno de los directivos de la compañía se le han escapado las declaraciones, y dice que volverse turbo es inevitable si se quiere ofrecer un abanico más amplio de opciones al cliente.
Lo que está claro es que el R8 seguirá contando con motores atmosféricos como principal oferta, y que un modelo turbo solo se usaría para completar la lista de opciones. Esta versión turbo seguramente el motor de entrada, pero no sabemos nada sobre él.
De lo que sí podemos estar seguros es que no llegará de un día para otro, y seguramente tengamos que esperar al primer restyling del R8 para verlo. Para ello aún pueden pasar años. Habría dos opciones: el nuevo biturbo V6 que montará el nuevo RS4, o una versión vitaminada del cinco cilindros en línea del RS3.
Al ser un motor de acceso, y teniendo en cuenta que el Audi R8 menos potente tiene 540 caballos, no sería ninguna tontería ofrecer una mecánica algo más descafeinada pero con la chispa de la caracola que les falta a los atmosféricos. Todo apunta a que el motor que finalmente se utilice sea el 2.5 TFSI biturbo del RS3, y que podría superar la barrera psicológica de los 400 caballos.
Si Audi se caracteriza por algo es por sus conocidos motores de cinco cilindros en línea de gasolina, que tienen un sonido tan característico. Así que qué mejor oportunidad que montarlo en posición trasera en el Audi R8 y hacerlo sonar como nunca antes había sonado en un RS3.
