La historia del automóvil nos dice que en el pasado muchos modelos no llegaron a producirse por temor de que los números arruinasen una inversión. Sin economías de escala las pérdidas podían ser de miles de millones de euros por lo que los fabricantes anticipaban mucho los concepts para asegurarse una demanda futura.
Uno de los modelos más emblemáticos que está dentro del archivo de Audi es el Grupo S, un modelo que no llegó a poseer ni nombre oficial, ni tampoco un número de identificación. ¿Cuál es el motivo? El proyecto no fue aprobado por la compañía sino que apareció en escena por la rebeldía de la división deportiva de la compañía.
Ahora, tras más de 30 años de su nacimiento, se le ha podido ver recorriendo el tramo del Eiffel Rally Festival. Ahora bien, ¿qué curiosa historia guarda en su interior?
El prototipo de Audi que se ha mantenido escondido más de 30 años
La unidad que se muestra en el vídeo, no fue la única que se produjo, posee un motor de 5 cilindros con turbo. No se sabe cuánta potencia podía extraer pero según los medios se podría estar hablando de hasta unos 1.000 CV de potencia.
La historia de este modelo muestra cómo un automóvil es capaz de esconderse de la luz pública con el silencio de un equipo de mecánicos de la propia marca. Resulta que el máximo dirigente de la compañía en aquellos años de crecimiento de la industria no sabía nada de este proyecto.
Se destinaban fondos de los presupuestos pero él nunca había sabido nada del tema. En cuanto lo supo, cuando el proyecto estaba ya bastante adelantado, decidió destruir todas las pruebas de la existencia de este curioso modelo de competición.
Tal fue la rabia que tenía en aquel momento que su orden implicaba la destrucción de las unidades involucradas, la eliminación de la información que había sobre el proyecto y todo lo que se pudiese identificar con la producción de las unidades en proceso.
Así, de esta manera tan triste, fue como terminó un proyecto que no tenía un claro objetivo comercial. Buscaba los resultados en la pista y ni siquiera esto hizo que la ejecutiva reconsiderase su posición. Ahora, sin ni un solo cargo en la cúpula de la compañía descendiente de aquella época, la compañía ha dejado ver la única unidad en perfectas condiciones.
Ésta fue escondida en una de las salas del museo que la firma tiene en Alemania y no vio la luz hasta pasadas unas décadas. Ahora, de tramo, en su entorno, nos hace disfrutar a todos de la esencia de competición que le ha estado privada durante tantos años.
