En muchas ocasiones, las empresas del mundo del automóvil y, del marco tecnológico en general, suelen llevar a cabo proyectos de diversa índole, de los cuales, muchos no terminan llevándose a cabo. Uno de los principales motivos por los que se realizan estos anuncios filtrados es para elevar la cotización en bolsa, y con ello, el valor de la compañía. Esto es vital para una empresa tecnológica, si no desarrolla nuevas mejoras o productos con la última tecnología, primero sufrirán la ira de los inversores y después, la de los propios clientes.
La última noticia que ha salido a la luz es el proyecto que ha presentado Audi en un concurso increíble. Su nombre es Google Lunar XPRIZE y consiste básicamente en una carrera para ver qué proyecto consigue la mejor puntuación para llegar a la luna. Suena rocambolesco pero desde la marca germana están convencidos de que son capaces de alcanzar su objetivo final, ganar el concurso frente a 24 competidores y llevarse el gato al agua de ser la primera empresa tras la organización de la NASA en pisar suelo lunar.
Proyecto Google Lunar XPRIZE
El proyecto que sea ganador obtendrá una financiación por valor de 30 millones de euros para materializarlo. A su vez, las bases del concurso son exigentes. Para dar como válido al vencedor, deberá realizar un total de 500 metros sobre la superficie lunar. Teniendo en cuenta que la velocidad teórica que se espera que alcance es de 3.5 km/h por la inestabilidad del terreno en el satélite, se calcula que las baterías deberían aguantar como mínimo, los 10 minutos que emplearía para rodar el medio kilómetro y el tiempo restante para volver a la plataforma base.
Pero, ¿cuenta Audi con la tecnología para llevar a cabo el proyecto?
Varias son las cualidades que debe poseer el vehículo para que salga adelante en una condiciones difíciles. De todos modos, el grupo alemán cuenta con todo tipo de innovaciones para poder hacer frente a las dificultades. El vehículo debe contar con capacidades off road, donde Audi posee un largo historial primero con su tecnología quattro y después, con el desarrollo de su todoterreno Q7. Además, debe poseer una estructura ligera, aspecto que también domina gracias lo invertido para reducir el peso del deportivo R8.
Por último y pieza fundamental de este proyecto, lo invertido en la motorización eléctrica y conducción autónoma debería también poder contribuir al desarrollo de esta especie de vehículo robot. Además de todo lo anterior, es importante que el producto final disponga de un sistema de grabación en alta definición para que pueda transmitir imágenes y vídeos del recorrido así como de vuelta a la Tierra.
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Es un proyecto muy costoso que va implicar a un equipo de trabajo de la compañía, concretamente el Estudio de Diseño Conceptual que Audi tiene en Munich. Sin embargo, los beneficios se contemplan a largo plazo. Si finalmente la misión fracasa, se valorará el empeño puesto en el desafío y si sale adelante y se consigue, las acciones de la compañía seguro que se pondrán en números verdes y la reputación de la empresa como organización innovadora le valdrá para acumular un gran número de ventas en sus modelos tradicionales.