Todos sabemos que las carreteras abiertas al tráfico y las calles de nuestras ciudades no son los lugares adecuados para hacer el cabra con el coche. No solo por nuestra seguridad, sino por la de los demás conductores y viandantes. Aunque parece que la mayoría de la población mundial tenemos esto claro, sigue quedando un pequeño reducto de conductores que no parecen tener demasiado respeto por su vida ni por la de los demás.
Este es el caso del conductor del siguiente vídeo, que intentando emular al que debe ser uno de sus héroes, Tanner Foust, intentaba hacer un bonito derrape en una calle nevada en la gélida Rusia. En concreto nuestro protagonista estaba conduciendo en Ekaterinburg, ciudad localizada en el centro de Rusia donde en esta época del año están casi constantemente por debajo de los cero grados centígrados.
Nuestro intrépido conductor se dispone a iniciar un derrape con su flamante Audi S5, cuando, tras un comienzo prometedor, se da cuenta de que el ángulo que ha tomado el coche respecto a la trayectoria es demasiado grande y bueno, el resto mejor que veáis el vídeo.
De este vídeo podemos sacar varias enseñanzas. La primera y más obvia es que no se debe realizar este tipo de maniobras en un calle en la que podemos poner en peligro la vida de otros conductores o viandantes. La segunda enseñanza deriva de la primera y es que en una carretera o calle pública nos podemos estrellar con cualquier elemento del mobiliario urbano como ha podido comprobar nuestro protagonista.
Olvidándonos por un momento de la temeridad que supone la maniobra en una vía abierta al tráfico, intentemos analizar los errores de conducción de nuestro amigo. Estamos ante un Audi S5 equipado con tracción Quattro. En los primeros compases del vídeo vemos como nuestro protagonista coloca el coche en un ángulo bastante extremo. En el vídeo podemos escuchar un golpe de gas al principio, pero una vez que el coche comienza a deslizarse no se escucha el motor, por lo que suponemos que el conductor ha levantando el pie del acelerador.
Ahí encontramos el primer error. Si nuestro protagonista hubiese acelerado hubiese recuperado el control del coche sin problemas, ya que la tracción Quattro manda en esas condiciones el máximo posible de fuerza al eje delantero, lo que combinado con el contravolante hubiese permitido reducir el ángulo del derrape y recuperar el control.
El segundo error que comete este conductor ruso es pisar el freno cuando cree que ya no puede recuperar el control, lo que empeora aún más la situación ya que le resta capacidad de giro. De cualquier forma, con esa cantidad de nieve y a esa velocidad, los frenos no le hubiesen podido ayudar a parar el coche a tiempo.
Como siempre nos gustaría conocer vuestra opinión. ¿Qué os parece la temeridad del conductor del Audi S5? ¿Os habéis encontrado con algún cafre similar por la carretera?
Fuente: Carscoops