Dentro de la gama actual de BMW hay modelos que ya desde el primer momento se consideran futuros clásicos, y en toda la historia de la firma, los modelos que han terminado como modelos de culto se han sido cuantiosos. Pero hay uno que está un poco olvidado: el BMW 1.600 GT.
El coqueto coupe alemán es uno de los modelos menos conocidos de todos los fabricados por BMW y según las pruebas de la época que he podido leer, no era precisamente un mal coche, sino todo lo contrario; divertido de conducir, rápido, cómodo… el problema viene por otra parte, pues únicamente el motor, la transmisión, el puente trasero y algún detalle más es de origen BMW, el resto digamos que es “reciclado”.
Y creo que es la palabra correcta esa de “reciclado”, pues el BMW 1.600 GT comenzó realmente sus días como Glas 1.300 GT, con las variantes 1.700 GT y 2.600 GT. Hans Glas GmbH, que es el nombre que tenía la empresa, era más conocida por el Goggomobil que por fabricar coupes, pero eso no le impidió lanzar el coche que luego terminó como un BMW. ¿Como terminó en BMW? Pues siendo la empresa adquirida por la Bayerische Motoren Werken y transformando el bonito (para mi) Glas 1.300 GT, en el BMW 1.600 GT.
Aprovechando el diseño de la carrocera italiana Frua, añadieron pequeños detalles de diseño propios, como los pilotos traseros redondos o el frontal con los pequeños riñones típicos de BMW, y usando como base el Glas 1.700 GT, se le añadió en motor del BMW 1.600 Ti, un cuatro cilindros de 1,6 litros, dos carburadores de doble cuerpo y 105 cv, suficientes para alcanzar los 185 km/h.
Se hicieron un total de 1.255 unidades y la unidad protagonista de esta entrada y que puedes apreciar en todo su esplendor en el vídeo, en un estado completamente perfecto, es propiedad de BMW Classic.
