El BMW i3 es un coche que se sale de todos los esquemas de diseño del fabricante bávaro, y de lo que podríamos entender por un utilitario común. Sin embargo, a pesar de su diseño tan peculiar, es un coche que ha caído muy bien entre el público, y parece que los están vendiendo como rosquillas. Es por eso que BMW se ha visto obligada a aumentar la producción de su pequeño utilitario eléctrico.
El aumento consiste en un 43% debido a que la demanda ha excedido sus previsiones iniciales. Así pues, se pasarán a fabricar de 70 coches semanales a 100 coches a la semana. Este año ya se han construido más de 5000 unidades, y si se mantiene este nivel de ventas, podríamos llegar a hablar de 20.000 coches producidos al final del año, que sería el doble de lo que esperaban en BMW.
Siguiendo la introducción al mercado europeo, estamos llevando el i3 a los Estados Unidos, EEUU será el mayor mercado para el i3.
El BMW i3 más básico que se vende en España arranca en los 35.500 euros, impuestos includos. En Alemania es unos 500 euros más económico. En cuanto al modelo de autonomía extendida el precio sube hasta los casi 40.000 euros.
En nuestras carreteras se ven pocos i3 de momento. Es un coche que no encaja con el gusto español, y en nuestro país vemos las cosas de otra forma. Un usuario común preferirá gastarse 35.000 euros en un BMW Serie 3 bien equipado que en un zapato con motor eléctrico —aunque sean coches con planteamientos radicalmente distintos, pero que valen casi igual—.
El siguiente en llegar de la familia i de BMW es el i8, que llegará a los concesionarios este verano, a un precio bastante superior, y con prestaciones de un deportivo de altos vuelos, con un pequeño motor tricilíndrico asociado a un motor eléctrico.