El BMW i3 es uno de los dos modelos puramente eléctricos que la firma germana comercializa en el mundo bajo la división i. Con presencia en el mercado desde hace más de un año, no ha parado de crecer teniendo en cuenta, eso sí, que no es nada barato. Para disponer de este automóvil hay que pagar desde 35.000 euros por la versión básica hasta unos 40.000 euros si uno no se conforma con 170 kilómetros de autonomía y quiere alcanzar unos 300 kilómetros de autonomía.
Estamos hablando de que es un BMW y como no podría ser de otra forma, no es nada barato. Así pues, ¿se merece tener un precio tan alto en relación a la autonomía que aporta al consumidor? Ahora, desde la propia compañía habrían dispuesto un paquete de mejoras que le permitirían aumentar en unos kilómetros su capacidad máxima. Pero, ¿de cuánto estamos hablando?
El BMW i3 incrementa su autonomía, ¿servirá para consolidarse?
Es lógico pensar que un coche como este genere expectación desde el primer momento. Con un diseño de lo más llamativo, no tiene entre sus principales apuestas la eficiencia de las baterías y es que hasta el Nissan Leaf le supera en unos cuantos kilómetros, llegando a conseguir ciclos de hasta 250 kilómetros en los primeros resultados de la próxima generación, la cual entrará en el mercado el próximo año.
Volviendo al i3, podríamos estar hablando de que se podría incrementar desde los actuales 160-170 kilómetros de autonomía hasta los poco más de 200 kilómetros, cifras destacables teniendo en cuenta que en términos porcentuales estaríamos hablando de un aumento de la capacidad por un valor de un 17%. Ello, unido al motor de combustión que se ofrece como opción en la versión REX, podría hacer que el número de visitas al concesionario i de BMW se incrementase. Y todo ello, teniendo en cuenta que no es nada rápido o sino que se lo digan a un BMW M3 de anterior generación y su duelo particular con el protsgonista del artículo en una drag race.
En relación al BMW i8, no se ha aportado ninguna clase de información por lo que no se espera que reciba ninguna actualización de cara al corto plazo, es decir, en los próximos meses. Aún así, es totalmente diferente en cuanto a tecnología se refiere. Mientras que en el caso del i3 la mayoría del tiempo se circulará en modo eléctrico, en caso del deportivo será diferente. Una conducción híbrida será lo más frecuente que pueda verse, pudiendo además circular unos 40 kilómetros sin emitir partículas contaminantes.
Esta actualización no parece que vaya a cambiar el panorama de un posible comprador. A fin de cuentas, pese a que aumentaría un total de un 17% la autonomía, aún serían pocos kilómetros teniendo en cuenta el precio que tiene y es que 5.000 euros de diferencia entre la versión eléctrica y la apoyada por el pequeño motor de combustión es una brecha un poco dilatada. Habrá que esperar, por tanto, un poco más para estandarizar la presencia de modelos eléctricos con unas cualidades óptimas en términos de ciclos de carga.