Parece ser que se ha convertido en un clásico que Tesla se dedique a ridiculizar o poner en entredicho a todos los coches eléctricos que no sean los suyos propios. Su propio CEO Elon Musk ya lo ha hecho en multitud de ocasiones, pero hoy ha sido su jefe de diseño.
Franz von Holzhausen es el hombre que está detrás de coches como el Tesla Model S, y en una entrevista para AutoBild Alemania ha tenido unas palabras para BMW y su nueva creación: el i3. El nuevo pequeño de BMW está dando mucho que hablar y se ha llevado unas muy buenas críticas de la prensa, gracias a su innovación en el uso de materiales o la construcción ligera, que lo convierte en el utilitario premium más llamativo del mercado.
Sin embargo, el diseñador de Tesla no está para nada impresionado por el esfuerzo de BMW, diciendo que se han olvidado del tipo de coches que fabrican, y que pierde el espíritu BMW. Tal es así que compara al interior del i3 con un mueble de IKEA, pero por el uso tan inteligente de empaquetado. Se impresiona por el cómo luce, que es lo más difícil de entender, no es nada BMW; pero admite que es único.
¿El espíritu BMW se ha esfumado?
Y en parte estamos de acuerdo con las palabras de von Holzhausen. El BMW i3 es probablemente el coche menos BMW de toda la historia de la compañía bávara. Es tan distinto que ha perdido el espíritu BMW tan característico. Y es que no olvidemos que BMW es una marca tremendamente pasional, la cual no debería permitirse este tipo de decisiones de diseño tan arriesgadas.
Sin embargo, aquellos que han probado el i3 hablan muy bien de él. Destacan lo bien construido que está y que usa materiales de altísima calidad. Además, destaca su dinámica por su bajísimo centro de gravedad y reparto de pesos excelente, sumados a unos datos de aceleración realmente buenos. Sin embargo, no deja de ser un zapato urbano de BMW; y estamos seguros de que su diseño podía haber sido mucho más afortunado.
Parece en realidad un coche diseñado por ingenieros, donde todo es técnicamente perfecto, pero donde lo pasional, la belleza de las formas y lo que convierte realmente en un objeto de deseo a un coche ya no está.