Es una obviedad, los fabricantes han subestimado la capacidad de Tesla Motors para posicionarse como la principal opción si lo que uno busca es no contaminar y tener un rango de autonomía aceptable, además de unas prestaciones acordes a una berlina de más de 70.000 euros.
Ni alemanes, ni italianos ni japoneses, nadie supo a ciencia cierta qué as tenía escondida una compañía que apenas había vendido unos cuantas unidades de su primer modelo en el mercado, el Roadster, un biplaza orientado a un público muy muy específico.
Ahora bien, tal y como dice el dicho ‘Mejor tarde que nunca’, los fabricantes no tienen otra opción que aventurarse a innovar siguiendo un camino parecido al dibujado hace unas semanas por el magnate Elon Musk. El Plan Maestro II tiene sus bases muy bien estructuradas y el gigante BMW no iba a ser menos. ¿De qué son capaces desde Alemania?
El ‘Proyecto i20, un paso más allá de BMW en la búsqueda del coche autónomo
Así es, el coche autónomo, el principal objetivo de gran parte de los fabricantes visto el auge de Tesla con su Autopilot. Qué lejos parece aquel anuncio en el que salía una mano por la ventanilla y terminaba el vídeo diciendo, ‘¿Te gusta conducir?’.
¿Tanto ha cambiado la estrategia de la compañía? Es lógico, en apenas una década la industria ha dado un giro de 180º, ¡una locura desde el punto de vista tecnológico! Ante este panorama había que idear algo fundamentado en los planes de inversión en el medio y largo plazo.
¿En qué está basado su plan para garantizar su apuesta para rivalizar con la compañía más avanzada en la conducción autónoma y producción de vehículos eléctricos? Precisamente todo está relacionado con mejorar todo lo posible estos dos apartados. ¿Con qué objetivo? La mejora de la eficiencia de la movilidad eléctrica y la reducción de accidentes con la conducción autónoma.
Es pronto pero tiene como principal meta lanzar su primer plan para ofrecer un sistema de ayuda a la conducción parecido al Autopilot dentro de un periodo de unos 5 años. Dicho programa permitirá solucionar los posibles problemas que vayan surgiendo para ofertar, ya en el año 2025 el sistema de conducción autónoma definitivo.
En cuanto a la mecánica, se esperan potencias que peguen a uno al asiento en plena aceleración. Así pues, habrán varios motores comprendidos entre los 136 CV y 247 CV que harán posible que el velocímetro suba más rápido de lo que uno puede estar acostumbrado a ver estos años.
Por otro lado, el peso será también fundamental para BMW. Creen tener la capacidad de utilizar un material más ligero y resistente que la fibra de carbono, el principal compuesto que está presente en la gran mayoría de los superdeportivos del volante.
Aún es pronto para saber si serán capaces de hacer frente a una compañía que parece no tener límites en esto de la innovación y la tecnología eléctrica. Eso sí, ¿deben descuidar a la competencia? Es muy importante destacar que Mercedes, por ejemplo, acaba de registrar una submarca para lanzar sus futuros modelos eléctricos. Lo que parece seguro es que la transición eléctrica ha llegado para quedarse.