Cuando conocimos al atractivo Citroën C3-XR, los directivos de la marca de los chevrones ya dejaron entender de que se trataría de un modelo destinado al mercado chino, ya que dicho mercado representa ahora mismo la principal fuente de beneficios para Citroën, sobre todo por la buena acogida de sus modelos DS.
Sin embargo, nunca perdimos la esperanza de que Citroën pudiera claudicar en dicha decisión y se mostrara a favor de comercializar el C3-XR en el mercado europeo. Pero todo a quedado ahí, ya que según ha declarado el CEO de Citroën, Linda Jackson, este pequeño SUV ha sido diseñado específicamente por y para el mercado chino, donde valoran ante todo la amplitud del interior y las transmisiones automáticas, por lo que el C3-XR sólo estará disponible con un motor 1.6 de gasolina y transmisión automática.
Esas son las principales razones según Linda Jackson, pero lo cierto es que si sabemos ver más allá de sus explicaciones, no es complicado razonar los verdaderos motivos por los que es absolutamente inviable que el C3-XR llegue a Europa.
En primer lugar, debemos recordar que Citroën pertenece al grupo PSA, y que aquí en Europa ya tenemos un coche que puede ser considerado hermano del C3-XR. Me refiero, como no, al Peugeot 2008. Si bien es cierto que el Peugeot presenta una estética más convencional y menos deportiva que la del Citroën, poner a la venta un modelo tan parecido podría canibalizar ventas entre las distintas marcas.
Pero tal vez, el factor más importante y determinante sea la existencia del Citroën C4 Cactus, el cual aporta un par de argumentos de peso. En primer lugar, el C4 Cactus está cumpliendo de sobra con las expectativas de ventas, tanto, que se ha tenido que ampliar la carga de trabajo en un 20% de la planta de Villaverde (Madrid) para poder satisfacer la demanda. Y en segundo lugar, no debemos olvidar que para Citroën, el C4 Cactus es más que un coche de su catálogo, sino que pretende sentar las bases de una nueva forma de entender el concepto de innovación en el mundo del automóvil con soluciones baratas, inteligentes y prácticas que si llegan a popularizarse en futuros modelos, otorgarían a Citroën un prestigio y reconocimiento que ayudarían a potenciar su imagen frente a sus competidores.