Como muy bien sabrás, en las dos primeras décadas del siglo XX nacieron una serie de fabricantes de automóviles que consiguieron mantenerse año tras año hasta el dÃa de hoy. Hubo otras compañÃas que tuvieron que bajar la persiana por no saber adaptarse a las condiciones que habÃa en cada momento. Citroën, obviamente, no está dentro de ese grupo.
El fabricante francés siempre ha demostrado estar al tanto de las innovaciones que marcarán el futuro en la industria. Siempre ha sabido anticiparse a las nuevas tecnologÃas que estaban por llegar, acercándolas al público más generalizado. Dos ejemplos claros de la polÃtica y la seña de identidad de la compañÃa fueron la suspensión inteligente desarrollada para el Xantia y el C4 Grand Picasso autónomo probado recientemente en carreteras españolas.
Citroën siempre se ha caracterizado por tener su propia personalidad y buena prueba de ello es el modelo P19 que se produjo en los años treinta en plena crisis de paz y la consecuente Segunda Guerra Mundial. Seguramente, nunca habrÃas sabido que el fabricante francés lidió con una tracción a base de orugas en el eje trasero, ¿verdad?
Citroën P19, el modelo definitivo para combatir en la Guerra Mundial II
Tras el final de la Primera Guerra Mundial en 1918, llegaron tiempos de paz y falsa tranquilidad. Ante esa situación de inestabilidad en los bonitos años veinte, la compañÃa francesa, nacida en 1919, tuvo el encargo de fabricar un vehÃculo que aportase unas capacidades off road garantizadas ante la amenaza creciente de una nueva guerra. DebÃa además, poder transportar un pequeño remolque que actuase a modo de carro de combate. El precio y el peso reducidos fueron los principales argumentos del ejército francés para conseguir miles de unidades de un vehÃculo militar puro y duro.
En total se fabricaron y se adhirieron al ejército francés un total de 3.276 unidades teniendo en cuenta las diferentes versiones producidas entre 1926 y 1940, es decir, hasta bien entrada la Segunda Guerra Mundial. Su buena tracción otorgada por la compañÃa Unic unido a la tecnologÃa desarrollada por Citroën hacÃan del P19 un auténtico rival para los carros de combate alemanes e italianos. En proporción, el coste era infinitamente más bajo que el tanque germano y ello posibilitaba que contasen con una mayor artillerÃa al poderse comprar muchas más unidades.
Del total de unidades producidas, muchas fueron destruidas mientras que otra porción fue aniquilada por los ejércitos del eje. Según dice la historia de este vehÃculo militar fascinante, en el bando contrario se le denominó leichter Zugkraftwagen P107, o bien, tractor ligero P107. Al igual que el Jeep Willy, tuvo una fuerte intervención en el conflicto con mayor vidas de la época contemporánea.
Obviamente, a dÃa de hoy no existen las más de 3.000 unidades que se produjeron a lo largo de los años veinte y treinta. Entre las que se quedaron por el camino en combate y las que han sufrido la ira del paso de los años, apenas existen unos cuantos vehÃculos Citroën de este calibre en unas condiciones óptimas. Dentro de este grupo de supervivientes, sà que se sabe que la famosa casa de subastas Bonhams sacó a la luz uno en perfecto estado, fijando una precio que iba desde los 160.000 euros hasta los 220.000 euros.