Pese a que siempre tratamos las últimas noticias que se producen en torno al mundo del automóvil, hoy es un buen día y tratar un tema relacionado con la movilidad sostenible. Hemos podido descubrir como hay marcas punteras que son líderes del mercado. También hemos podido comprobar que los gigantes del sector apuestan e invierten en I+D en la búsqueda de nuevas tecnologías para no depender exclusivamente del petróleo.
Además, parece que hay últimamente una rivalidad sobre cual de las nuevas fuentes de energía alternativas es la más eficiente. Por ello, es necesario continuar apostando por ver y desarrollar una fórmula para conseguir una cierta independencia de los recursos fósiles como el carbón y el ‘oro negro’. Por fortuna, otros medios diferentes existen, además de que son ‘limpios¡, no dañan la atmósfera. Lo único que falta por hacer es disminuir los costes de producción para que sean procesos eficientes tanto para el consumidor como para el productor.
Así pues, es bueno realizar un pequeño análisis acerca de la energía eléctrica generada gracias a las placas solares. Si hace solo unos días, un pequeño grupo de estudiantes de una universidad americana crearon un coche con placas solares instaladas en el techo, hoy ha salido a la palestra la disputa de una carrera disputada hace apenas unos días por lanchas en las que la cubierta estaba repleta de estos paneles fotovoltaicos.
Competición Solar 1
El evento estuvo pensado para saber qué innovación podría servir para implantarla en los futuros yates de lujo. Por ello, algunos de los constructores y diseñadores de este tipo de embarcaciones no quisieron perderse la oportunidad de estar presentes este día. Es importante resaltar que los participantes eran alumnos de carreras de ingeniería de 6 países de Europa y Rusia. Este certamen, al igual que lo que ocurrió el pasado año, tuvo como ganador a un equipo holandés.
La competición, organizada por el Yacht Club de Monaco, se dividía en 3 diferentes pruebas. La primera de ellas consistía en la realización de un recorrido de una milla aproximadamente durante 30 vueltas. Es decir, en total debían recorrer poco más de 30 kilómetros y, obviamente, solo podrían desplazarse con la energía que emite el sol.
La siguiente prueba se basaba en la realización de unos slaloms con el fin de comprobar la funcionalidad y manejabilidad de la embarcación libre de emisiones. Cada uno de los 16 barcos que participaron debían sortear una serie de obstáculos a un lado y al otro con el fin de ver la facilidad para hacer maniobras.
Por último, una tanda de duelos ‘1 contra 1’ servían para comprobar cual de los participantes ofrecía una mejor relación peso/potencia, así como un mejor coeficiente aerodinámico y un mejor proceso de transformación de la energía solar en eléctrica. Una combinación de las 3 modalidades anteriores determinaban el campeón de este año.
A modo anecdótico, algunas embarcaciones lograron sobrepasar la barrera de los 25 nudos, es decir, unos 46 km/h. Teniendo en cuenta las limitaciones de presupuesto que seguro que se imponían en las bases de la prueba, unido a que los participantes aún están en procesos de aprendizaje, el resultado no está nada mal con los recursos que tenían.
En el futuro, este tipo de pruebas, tanto las acuáticas como las que se lleven a cabo sobre asfalto o en el aire, irán obteniendo una mayor relevancia por el espíritu ecofriendly que desprenden. Es hora de que los vehículos con energías alternativas dejen atrás los mitos y habladurías varias que pesan sobre ellos y comiencen a mostrar una cara mucho más emocionante. Además, la organización de este tipo de eventos durante la formación de los futuros ingenieros del mundo, se traducirá en la interiorización de competencias que motiven e incentiven la innovación.