En el mundo de los deportivos de alta cilindrada, por suerte, los hay de muchas clases. Los hay que solo son potencia pura y dura y que odian las curvas, otros que adoran Nürburgring y otros que su zona de juegos es el cuarto de milla.
Además, por fortuna, no tiene por qué pagarse una fortuna en algunas ocasiones, se pueden contar con los dedos de una mano los más accesibles pero sí, pero los hay. Lamentablemente, en el artículo no se va a hablar de este pequeño grupo sino más bien, de todo lo contrario. Puede ser hasta que no hayas podido contemplar en vivo la estética que poseen y ya no quiero referirme al sonido que desprenden sus motores…En fin, hoy te mostramos una carrera de pura aceleración, de hecho, la más famosa que existe, el cuarto de milla. Para que fuese interesante, lo lógico sería poder ver a un Koenigsegg CCXR y a un Bugatti Veyron luchando marcha a marcha por conseguir se el más rápido. El francés tiene todas las de ganar, ¿verdad? Pues…no subestimes tan pronto al sueco.
Prueba de aceleración entre un Koenigsegg CCXR y un Bugatti Veyron
Vayamos por partes. Lo primero que hay que destacar es la persona que está a los mandos del Koeniggseg de color naranja. ¿Quién mejor que el precursor de la marca para probar su propia creación frente al modelo de producción con más CV del mundo? Tal es la confianza que tenía en este modelo allá por el 2008 que decidió ser él el piloto en la prueba. Pensándolo bien, ¿se atrevería a desafiar al nuevo Bugatti Chiron con el último supercar que ha desarrollado?
Sea como fuere, lo cierto es que no todos los días se puede disfrutar de una competición de este estilo. No nos vayamos a engañar, relativamente frente a otros superdeportivos, no hay muchas unidades rodando por la carretera por lo que es un placer poder verlos en su pleno apogeo. El Koenigsegg CCXR es muy especial, fabricado en una tirada muy pequeña, pertenece a una compañía que pone su página web a disposición del cualquier persona para ponerse en contacto con su fundador para que le preguntes de esta forma, cualquier inquietud que tengas sobre su gama de modelos.
El Bugatti Veyron, del cual se han fabricado únicamente 450 unidades en los casi 10 años que ha estado en producción, es un coche que podría considerarse como una obra de arte por todo el desarrollo que ha tenido gracias al grupo VAG. Desde el principio, fue un proyecto que generó pérdidas a la compañía pero puede ser que la estrategia de mantener el récord guiness de velocidad máxima durante tantos años haya merecido la pena.
El duelo, aunque parezca desigual por no producirse desde parado, ofrece una viva imagen de la potencia que son capaces de generar ambas ‘criaturas’. Aunque parezca sorprendente, el sueco le gana la partida al francés de los 1.000 CV de potencia. Obviamente, si la carretera no se cortase, terminaría alcanzándolo porque no hay que olvidar que 407 km/h son los que consigue fijar su velocidad punta. Pese a ello, el vídeo no juzga las cualidades de ambos coches porque en circuito es donde sí que puede entrar en escena la tecnología que incorporan.