En muchas ocasiones, la publicidad provoca que no seamos capaces de ver más allá de las marcas premium en cuantos a deportivos se refiere. Bueno, rectifico, la publicidad hace que la mayoría de los ricos únicamente se centren en aquellos modelos que mayor número de veces ven en los anuncios o que pertenecen a un fabricante cuyo prestigio está muy bien valorado. Lo cierto es que detrás de todo eso hay algo más que se esconde en marcas poco reconocidas pero que no tienen por qué ser malos productos.
Este mantra lo han sufrido empresas que hoy gozan de su propia clientela satisfecha pero que, obviamente, tuvieron que trabajar mucho para ganar esa reputación que hoy tienen. Koenigsegg o Pagani son dos ejemplos que muestra a la perfección lo difícil que es hacerse un hueco en el mercado entre marcas con una reputación asentada tras años en el mundo de la competición.
Una compañía que está precisamente en ese punto de crecimiento bien podría ser Hennessey Performance Engineering. A medias entre un fabricante y un preparador, tiene un objetivo en mente, crear un automóvil capaz de situarse en el primer puesto del ranking de la velocidad. Para ello tienen una fórmula básica, adhiriendo turbos para conseguir potencias fuera de lo común dentro del sector y creando a conjunto una estructura que lo soporte. Pero realmente, ¿es cuestión de ‘fardar’ o se lo han propuesto entre ceja y ceja?
Hennessey Venom GT de segunda generación
Tras unos cinco años en el mercado, el Hennessey Venom GT de la primera generación tuvo el placer de deleitarnos a todos al conseguir la máxima velocidad alcanzada en un vehículo de calle, registro que se consiguió el año pasado. 425 km/h fue la velocidad máxima teniendo en cuenta que se acababa la pista y tenía que frenar. De haber continuado, ¿qué velocidad habría experimentado el piloto?
Sea lo que fuere, lo cierto es que desde la empresa norteamericana no se han querido conformar con aquel hito. De este modo, en el próximo SEMA, el salón donde se pueden ver las creaciones más extrañas y sorprendentes, se va a presentar una segunda generación, la cual contará con cambios que afectarán, sobre todo, a su rendimiento mecánico.
Este restyle contará con un incremento de potencia de 207 CV, un desarrollo que no parece que vaya a aportarle una mayor diferencia que el modelo actual y es que hay que tener en cuenta que la fuerza de los rendimientos decrecientes está muy presente en este sector. Sin embargo, debería poder superar el registro obtenido en febrero de 2014 en la pista cedida por la NASA. Así, finalmente estará compuesto por un motor V8 ayudado por dos turbocompresores que le permitirán que genere 1.451 CV de potencia.
Para hacerse una idea de lo que es capaz es muy importante ver su relación peso/potencia, la cual es inferior a 1, menor que la que presenta el Koenigsegg One:1. Todo parece que este modelo va a ‘rebentar’ literalmente los registros que hay hasta ahora pero no podría ser todo perfecto, aún así hay alguna que otra pega que deberían solucionar.
Dado que para dar como válido un registro en el Libro Guinness es necesario que el modelo sea uno considerado como producción en serie, es decir, con una fabricación de mínimo 30 unidades, no se pudo incluir el que consiguió el año pasado en relación a la velocidad máxima. ¿Se fabricará ese mínimo en esta nueva etapa para poder registrarlo? Habrá que esperar aún un tiempo para descubrirlo.
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Cualquier amante de la velocidad debe estar esperando ansiosamente la llegada del 2016, año cargado de nuevos modelos creados para asaltar cifras nunca antes conseguidas en vehículos de calle. Este Hennessey Venom GT tendrá como compañero de viaje el sucesor de su actual rival, el Bugatti Veyron. La batalla entre el americano y el Chiron se presenta como lo más destacado dentro del sector para el disfrute de todos nosotros.
