En el mundo de los superdeportivos cada vez hay más competidores para colarse entre los más rápidos y con mayor relevancia. Hacerse un hueco en este segmento es cada vez más complicado. No únicamente sirve tener un coche con cualidades y prestaciones semejantes a otros rivales sino también, esa esencia inexplicable que caracteriza a algunos como modelos de las marcas más representativas alemanas e italianas.
Es difícil luchar contra ellos, por eso mismo, al final deben medirse los unos contra los otros por la falta de competencia. En este sentido, en Fifth Year han querido reunir a uno de los 911 más rápidos de la historia con una versión mejorada del Ferrari 458, el Speciale, el cual ya hemos seguido en alguna ocasión en otro duelo con el eléctrico más famoso del momento.
Duelo entre el Ferrari 458 Speciale y el Porsche 911 GT3
Tras bajar la bandera y pisar el acelerador a tope, se observa como el Ferrari tiene una mayor aceleración. Gracias a ello, consigue sacar unos metros a su duro competidor. Es lógico teniendo en cuenta que dispone de una potencia de 605 CV, 130 CV más que la versión germana. Siendo un poco más ligero el alemán, la diferencia brutal en el motor no consigue contrarrestar la diferencia en el peso. Pese a ello, ambos deportivos se separan por escasos metros durante toda la prueba.
En el vídeo se observan varios planos en los que los protagonistas realizan bloqueos en las ruedas y derrapes para el disfrute de todos los amantes del motor. Los pilotos deben sentir una sensación indescriptible cada vez que pisen los frenos carbocerámicos y ven que el fadding o el desvanecimiento de éstos no se produce. Esta opción, pese al alto coste que suponen, es más que necesario para los track days.
Pese a que en el circuito del cara a cara no se podía alcanzar la velocidad máxima de ambos coches, lo cierto es que consiguen tener una velocidad punta de 325 km/h para el italiano por los 315 km/h del GT3. Teniendo en cuenta que el Ferrari posee más de 100 CV, la diferencia apenas se nota en el resultado final.
A efectos comerciales y, aunque parezca mentira, entre uno y otro hay una diferencia brutal. Mientras que el modelo de la marca del cavallino rampante tiene un precio de 269.022 euros, el germano se queda en ‘solo’ 157.874 euros. Es decir, por más de 100.000 euros menos, se podrían disfrutar de las mismas sensaciones penalizando por muy poco margen algunas prestaciones. ¿Merece la pena? Si el cliente dispone de suficientes fondos para comprar el coche y mantenerlo, él es quien decide comprar, uno o el otro.
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Hubiese estado bien haber realizado una comparación entre el Ferrari y el Porsche 911 GT3 unido a las siglas RS. Con 500 CV e igual peso, hubiese plantado cara hasta el punto de tener opciones más que posibles para ‘llevarse el gato al agua’ en la carrera. La prueba, por tanto, puede decirse que no medía a ambos deportivos a igualdad de condiciones. La menor potencia del germano lastraba su rendimiento en comparación a la del deportivo de Maranello.