¿Empezar por Ken Block o por Dubái? Difícil decisión. Hablar de ambos casos todo lo que a uno le gustaría es complicado. Hay tantísimas cosas que uno podría decir de estas dos temáticas…en fin, vamos allá.
Si eres un empedernido fan del mundo de los rallyes y del drifting debes, al menos, haber escuchado hablar de Ken Block. Este famoso piloto de rallyes decidió, un día cualquiera, llevar la filosofía de los derrapes a otro nivel. De hecho, podría decirse que sus espectáculos más allá de las pistas del WRC han ocupado un papel bastante más llamativo. La gente que adora esta modalidad de competición sabe de la dificultad que conlleva el tener que grabar todas las escenas para crear un cortometraje de los que nos tiene acostumbrados a ver.
Estábamos esperándolo como agua de mayo. Se ha hecho de rogar y la séptima edición de su particular gymkhana nos dejó con las ganas de más. No porque nos decepcionase, ¡que va! Precisamente todo lo contrario. Todos estábamos inquietos por saber qué es lo que ocurriría en el siguiente capítulo. Tras unos cuantos meses de espera, aquí la tienes. Casi diez minutos de vídeo repletos de derrapes, cálculos milimétricos y sobretodo, mucho lujo.
Por fin ya ha llegado la última gymkhana protagonizada por el mismísmo Ken Block
No eras el único que se mordía las uñas por los nervios de la espera. Nada más y nada menos que más de cinco millones de personas han tenido el placer de ver al piloto de los márgenes imposibles conducir un Ford Fiesta hipervitaminado. A lo largo de toda la grabación se pueden observar todo tipo de locuras, desde la aparición de toda la corte de superdeportivos de la policía de Dubái hasta alguna de las nuevas joyas de la firma que patrocina el vídeo, Ford.
¿Qué tal si se hace un repaso de todo lo que se puede extraer del vídeo? En primer lugar, como de costumbre, Ken Block nos regala una entrada espectacular. Para empezar, dos animales fastinantes, un leopardo y un águila. ¿Podría comenzar mejor? Para continuar, una escapada por la arena del desierto y un bache inesperado a modo de obstáculo para ir abriendo boca. ¡Qué más se puede pedir!
Tras emprender la infinita recta que conecta Dubái con el mundo terrestre, comienza la acción de verdad. Ahí le están esperando los guardias con sus mejores escoltas. Porsche, Mercedes y otras marcas de este calibre son las que mejor podrían dale la bienvenida al emirato. Es más, hasta hay un Clase G que parece hacerle una reverencia mientras le deja escapar del cuadrado de unos cuantos millones de euros en chapa. Tras dejar atrás toda la comitiva, le llega el turno a la pickup por excelencia, la Ford Raptor F-150. Eso sí, qué mejor que poder ver al Fiesta haciendo donuts frente a este mastodonte a dos ruedas.
Sin duda alguna, lo que no podíamos esperar era ver a este utilitario vitaminado enfrentarse a una parrilla de superdeportivos formada por un Lexus LFA, , un Lamborghini Aventador, un Bugatti Veyron y un Ferrari F12 Berlinetta. Como si se tratase de un Gran Premio, al verde salen todos disparados, siendo el pequeño americano el más rápido de todos. Obviamente, la entrega de par del pequeño ‘animal’ debe ser bestial. La carrera apenas dura unos pocos metros pero ahí queda eso, el Ford Fiesta el primero.
En las siguientes escenas se pueden ver, haciendo un poco de publicidad poco subliminal, a las últimas joyas de la compañía, el Ford Focus RS, el cual fue diseñado bajo la supervisión del mismo Ken Block y el superdeportivo GT. Tras ese intervalo de tiempo otorgado a estas dos máquinas, el increíble Fiesta vitaminado se dirige peligrosamente a un avión en movimiento tras colarse en el aeropuerto, situado a las afueras de la ciudad. Lo demás ya lo sabes, derrapes llevados al extremos mientras el convoy formado por el vehículo remolcador y el aeroplano avanzan lentamente.
En definitiva, a mí, al menos, no me ha defraudado. Y a vosotros, ¿el Ford Mustang clásico os impactó más? Quizás sería lo único que he echado en falta en esta última edición.