A la hora de valorar la adquisición de un coche, se miran multitud de variables. En muchos casos el color no es lo primordial, aunque pocas veces ocurre esto. Todos sabemos que elegir la pintura del que será nuestro coche durante los próximos años es una decisión muy personal en la que a veces, es difícil ponerse de acuerdo entre los diferentes miembros de la familia.
El color a elegir tiene una gran relación con la forma de ser de la persona, pero en vez de dejarnos llevar por nuestras propias emociones, ¿por qué no echamos un vistazo al informe presentado por el RACC en el que informa del efecto de la radiación solar en la temperatura interior del vehículo? De acuerdo que seguro que sabíais del poder de los colores oscuros en atraer el calor de forma más sencilla que los colores claros, pero ¿hasta qué nivel se produce esa atracción? Veámoslo.
Estudio del RACC acerca de la radiación solar en el interior de los vehículos
El aire acondicionado es imprescindible en cualquiera de los coches de hoy en día, en cambio, las pruebas realizadas se han hecho con este sistema apagado y con el coche parado. Utilizando dos coches, uno de color negro con cuero en la tapicería y otro blanco con tapicería de fábrica, lo que querían probar era el nivel de calentamiento que sufrían y cuanto tardaban en llegar a la temperatura máxima.
Utilizando una proyección de UV a través de cuatro aparatos diferentes, se programó para que emitiese una radiación similar a lo que ocurre un día de verano. Por ello, después de haber expuesto ambos vehículos a la radiación solar durante unos 60 minutos, se pudo medir una diferencia aproximada de 20ºC entre ambos coches en la carrocería, siendo la del coche de color oscuro la mayor. Hay que decir que los resultados se basan en la instalación de cuatro sensores en diferentes puntos de los dos automóviles.
A su vez, el incremento de la temperatura no se produjo de manera lineal. En los primeros 10 minutos de exposición a la radiación solar, el coche negro alcanzó una temperatura de aproximadamente 60ºC, tardando otros 50 minutos en llegar su máximo (80ºC). Para el caso del coche blanco, al cabo de 10 minutos, la temperatura era de 50ºC, necesitando el resto del tiempo de exposición para alcanzar su temperatura máxima de 63ºC.
Si, en cambio, se pasase a valorar qué ocurre en el interior del vehículo, los datos son realmente interesantes. En ambos casos, con una temperatura exterior de 25ºC, se alcanza una temperatura interior de 40ºC en apenas 42 minutos. Si la temperatura exterior se sube a unos 35ºC, más apropiada en épocas de calor en muchos puntos de la geografía española, el interior del coche puede alcanzar los 55ºC en solo 60 minutos.
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Por tanto, se puede extraer algunas conclusiones. El color de la carrocería puede conllevar un mayor o menor gasto. En una cuantía pequeña sí, pero no es lo mismo enfriar un coche que está 20ºC más caliente que otro. Además, es necesario que, sobre todo, en verano, el aire acondicionado rinda de forma correcta y, si no se tiene la suerte de tenerlo, se bajen las ventanas aunque suponga un gasto extra de gasolina.