Cómo actuar de forma segura en caso de sufrir una avería (explicado para Dummies)

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Triángulo de señalización

Por muy caro que sea nuestro vehículo, por mucho alarde de fiabilidad que publicite su fabricante, o por muy cuidado que lo tengamos ninguno de nosotros estamos a salvo de poder sufrir algún tipo de avería, pinchazo o percance de otro tipo cuando circulamos.

Pero, aunque afortunadamente este tipo de imprevistos suelan ocurrir de forma muy ocasional, eso no es escusa para ignorar u olvidar cómo debemos actuar de forma correcta para garantizar tanto nuestra seguridad como la del resto de conductores, evitando así que un suceso aislado pueda acabar en un trágico accidente con víctimas

Primer paso: procura que tu coche estorbe lo menos posible

Coche parado en un arcén

Aunque suene como algo evidente, es un factor que siempre hay que tener en cuenta, aunque con matices. Existen averías y averías: no es lo mismo sufrir un pinchazo a 100 km/h en una autovía que ver cómo de repente el motor de tu coche empieza a arder mientras esperas a que el semáforo se ponga en verde.

Por eso, siempre que sea posible y existe alguna zona donde tu vehículo no estorbe, o lo haga lo menos posible, trata de estacionar tu coche en dicho lugar. Si te encuentras en carretera lo más fácil es situarlo en el arcén, y si este no existe lo más a la derecha posible de la calzada. En ciudad, es harina de otro cantar, pero básicamente se trata de la misma operación; procura estacionar tu coche lo más a la derecha posible.

Eso sí, como regla de oro, procura siempre no dejarlo a la salida de una curva, tras un cambio de rasante o en una zona de poca visibilidad. La idea es evitar causar un accidente.

Y por último, nunca olvides accionar las luces de emergencia para señalizar tu situación en cuanto sientas que has sufrido una avería, ya que los demás conductores se percatarán de tu delicada situación y extremarán la precaución.

Segundo paso: el chaleco reflectante y el dichoso triángulo de seguridad

Una vez que hemos conseguido detener nuestro vehículo, y siempre antes de salir del mismo, hay que ponerse el correspondiente chaleco reflectante. Así que ten mucho ojo con este aspecto, ya que hay conductores que suelen guardar el chaleco en el maletero, por lo que deben salir fuera del coche para ponérselo. Soy consciente de que suena a estupidez, pero eso ya es motivo para que te multen en el caso de que encima una patrulla de agentes de la ley sea testigo de tu desgracia.

Posteriormente, hay que colocar los famosos triángulos de seguridad. Y aquí es donde entramos en terreno escabroso, ya que parece que la mayoría de conductores tiene problemas para calcular las distancias atendiendo nuestro sistema métrico. Así que vamos a dejar el asunto bien esclarecido.

Según el código de circulación estamos obligados a colocar los dos triángulos de seguridad en el caso de que estuviéramos circulando en una carretera de doble sentido: uno por delante y otro por detrás del coche.

Ahora bien, en el caso de estar circulando en una carretera de un único sentido, como puede ser una autovía o autopista, sólo hay que colocar un triángulo en la parte trasera de nuestro coche.

¿Y a cuánta distancia hay que colocar dichos triángulos? Pues como mínimo, a una distancia de 50 metros, siempre y cuando dicho triángulo sea visible, al menos, desde 100 metros de distancia.

Pero como nadie lleva un metro para medir dichas distancia, lo mejor es contar con nuestro propios pasos. Y para ello tienes una forma fácil de hacerlo: como media, dos pasos de una persona suele ser poco más de un metro, así que lo único que tienes que hacer es contar unos 60 pasos normales desde tu coche para saber donde tendrás que colocar el triángulo.

Y en el caso de que una vez haya llegado al lugar donde ponerlo hay, por ejemplo, un cambio de rasante o una curva, lleva el triángulo hasta el principio de las mismas: recuerda que tiene que ser visto por el resto de conductores desde 100 metros de distancia como mínimo.

Último paso: ponte en un lugar apartado de tu vehículo y llama a tu seguro

Coche averiado

Una vez que hemos señalizado de forma correcta que nuestro vehículo se encuentra detenido en la calzada, es hora de ponernos nosotros a salvo. Para ello, tanto el conductor como sus ocupantes deben situarse en una zona donde no distraigan al resto de conductores. Mi consejo al respecto es ponerse lejos del vehículo averiado, por si algún conductor despistado no ve nuestro coche y acaba estrellándose contra el mismo.

No olvidar que el resto de ocupantes también deben llevar el correspondiente chaleco reflectante, y si eso no es posible porque no tenemos los suficientes (normalmente no solemos llevar más de dos en cada vehículo) hay que intentar que no se alejen de quienes sí lo llevan puesto. Una vez hecho esto, lo mejor es que llames a la asistencia en carretera o a la asistencia en viaje de tu seguro y esperar pacientemente a que llegue la correspondiente grúa o agente de tráfico.

Y por último, permíteme un par de recomendaciones extra: guarda el teléfono de asistencia en carretera en la agenda del móvil o en algún lugar visible de la guantera, porque tardarás mucho menos en hacer la llamada al no tener que buscarlo entre los papeles del mismo. Y si viajas por autovía o autopista, procura ir fijándote de vez en cuando por cuál punto kilométrico estás circulando, ya que podrás dar una situación más detallada de donde te has quedado parado.

Archivado en Averías, Seguridad vial
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