Es una etapa por la que tenemos que pasar todos los que queremos conducir. Son unos pocos meses estudiando y aprendiendo a conducir pero te garantiza poder circular en el asiento del conductor por cualquier vía pública. El carnet de conducir es, más allá de un permiso de circulación, un título que puede abrirte nuevas posibilidades de empleo al darte una mayor libertad geográfica.
Así pues, teniendo claro que es un valor añadido que te enriquece, ¿cómo sacárselo? Entran en juego varios factores, incluyendo desafortunadamente, la suerte en alguna que otra situación. Son dos pruebas, una teórica y otra práctica, además de pasar el test psicotécnico que valora la capacidad física del aspirante. Si estás en proceso de obtener el permiso de conducir deberías tener en cuenta cuáles son los principales fallos que comete la gente.
La compañía de neumáticos Goodyear ha realizado un estudio en el que se mide el comportamiento de 6.400 personas menores de 25 años, teniendo como muestra a individuos de 16 países europeos. Las conclusiones del estudio se han realizado una visión global de qué problemas suelen aparecer a la hora de dictaminar si un aspirante es digno o no de obtener su ansiado carnet de conducir.
Cuáles son los fallos más comunes a la hora de aprobar el carnet de conducir
En el caso de España, el 83% de todos los que se presentan al carnet de conducir aprueban la parte teórica a la primera. En cambio, este porcentaje se reduce al 57% para aquellos que lo aprueban en el primer intento. Pero ahora bien, ¿cuáles son las causas de que estas ponderaciones no presenten un mayor número de aprobados?
En relación a la parte teórica, principalmente el tiempo es el culpable de que el número de aprobados no sea del 100%. La falta de unos minutos más provoca una ansiedad que puede afectar a la atención. Para evitarlo, un consejo es realizar el test en varias etapas. En primer lugar, es una buena opción marcar las respuestas que estás seguro que sabes. Después, es recomendable hacer sucesivas batidas con el objetivo de tener más tiempo para aquellas preguntas enrevesadas y que requieren de algún minuto extra para saber la respuesta.
El examen práctico es el que requiere más aptitudes. Hay que emplear todo lo aprendido en la última práctica de todas, el examen. El examinador está ‘cansado’ de hacer exámenes por lo que es muy posiblemente que quiera entablar una conversación con tu mismo profesor, no siempre es así pero puede darse el caso. Es muy importante exagerar un poco los gestos a la hora de mirar por los retrovisores. Para el evaluador esta maniobra es esencial para aprobar o suspender. Si te intimida un poco mirar por el retrovisor central, ignora que hay alguien en el asiento trasero derecho.
Los nervios son traicioneros. Un buen consejo puede ser realizar ejercicios de relajación los minutos antes del examen. Destensar los músculos y practicar una respiración profunda puede ayudar a mejorar las posibilidades de aprobar. Por otro lado, mantener una postura cómoda en la conducción es vital en el examen así que por realizar todos los reglajes del asiento y de los retrovisores antes de emprender la marcha no te van a suspender. Un estado de nerviosismo también te puede provocar no entender bien las indicaciones del examinador a la hora de seguir una ruta. Tampoco habrá ningún problema por parte del evaluador en repetir un cambio de dirección.
Aunque sin duda alguna, y no solo los candidatos, sino todo los conductores, el mayor problema está en las rotondas y…¡Será que hay pocas! Pese a que hace un par de años descubrieron el diseño perfecto, aún no está implantado en la inmensa mayoría de las que hay por toda España. Es muy importante señalizar todas las maniobras con tal de que los demás conductores sepan de nuestras intenciones. Es lógico pensar que el factor suerte aquí juega un gran papel pero haciendo una correcta conducción se puede reducir el riesgo de que nos apunten una falta en el examen.
Por último, el fallo que más se repite en los exámenes en los que se debe circular por una vía de las afueras de la ciudad es no saber adecuar la velocidad al tipo de vía. De una forma más explícita, si se debe salir de la carretera principal, es vital no frenar hasta que uno está en el carril de desaceleración. De esta forma, evitas que el vehículo que viene detrás tenga que frenar y, de paso, no sufrir una falta el día del examen.