Estás a punto de viajar en tus vacaciones, revisas el nivel de aceite, las luces, la presión de las ruedas, el líquido refrigerante… Todo parece “ok”. Pero, ¿te has parado a comprobar el estado en el que se encuentran tus neumáticos? En muchas ocasiones se convierte en uno de los grandes olvidados antes de realizar un largo viaje, y debes saber que quizá se trate del componente que en mejores condiciones debemos mantener en nuestro vehículo.
El dibujo, siempre fundamental
Pregunta de examen: ¿cuál es la profundidad mínima permitida en el dibujo de un neumático? La Ley establece que ésta no puede ser menor de 1,6 milímetros, por lo que una medida inferior puede derivar en multa. Para saber de forma sencilla el estado del dibujo de tus neumáticos puedes hacer la conocida “prueba del euro”. En una moneda de un euro, la zona dorada exterior tiene un grosor de unos 4 mm, por lo que si introduces la moneda en el dibujo de una rueda y no se ve la zona de este color tus gomas están en buen estado. Si es visible buena parte del borde dorado o el canto más saliente que rodea la moneda es hora de cambiar los neumáticos.
La posible sanción es un motivo más para renovar los neumáticos, pero la principal razón debe ser siempre nuestra seguridad al volante.
¡Ojo!, tus neumáticos caducan
De nada sirve mantener unos neumáticos con una profundidad adecuada si tienen un buen puñado de años encima. Lo recomendable siempre es no mantener unas ruedas con más de cinco años de antigüedad.
Pero, ¿y si no recuerdas la última vez que cambiaste las ruedas o acabas de adquirir un coche de segunda mano y no conoces los años que tienen los neumáticos? No te preocupes, echa un vistazo al lateral de cada uno de ellos y encontrarás una numeración de cuatro dígitos que indica el mes y el año de fabricación de ese neumático. Por ejemplo, un dato “2215” indicaría que esa rueda se produjo la semana 22 del año 2015.
Revisa la presión con frecuencia
Tampoco ayuda acordarnos de comprobar la presión de los neumáticos sólo cuando viajamos en verano. En ese caso es posible que durante todo el año hayamos tenido una cantidad de aire incorrecta y el desgaste del neumático no haya sido el adecuado.
Echa mano del manual de tu vehículo para conocer la presión adecuada que debes llevar y recuerda además que una presión baja influye directamente en el consumo de carburante, como te contamos en el reportaje “Trucos para ahorrar combustible estas vacaciones”.
Atento a los síntomas extraños
No basta con ver a simple vista un dibujo en buen estado y que el neumático no haya “caducado”. Tómate tu tiempo en observar cada una de las ruedas por todos lados. Es muy habitual, por ejemplo, observar de repente un desgaste mayor en la parte interior del neumático o en su cara externa. En estos casos es posible que debas acudir a un taller para realizar el llamado “paralelo”. Pero también podemos hallar en un momento dado un clavo que ha atravesado el neumático o el famoso “huevo” que aparece en el flanco de un neumático, normalmente causado por un bordillazo.
¡No olvides la rueda de repuesto!
Hay conductores que han tenido la suerte de no haber pinchado nunca un neumático, lo que les hace en ocasiones prescindir de la rueda de repuesto en su vehículo. ¡Tremendo error! No sólo porque se trata de un elemento obligatorio (rueda de repuesto o kit antipinchazos), sino que puede sacarnos de un apuro y evitar tener que acudir a la grúa. Además, puede ser una gran aliada si no queremos perder el tiempo y aprovechar al máximo nuestras vacaciones.