En la segunda parte, de nuestro especial dedicado a la conducción eficiente os enseñábamos como utilizar las reducciones de motor para reducir el desgaste de los frenos y realizar frenadas más potentes. Sin embargo veíamos que la utilización de reducciones para disminuir la velocidad tenía algunos problemas relacionados con el mayor desgaste del embrague y otras piezas. Además su realización de forma brusca podía reducir el confort de marcha.
En esta tercera parte del especial os enseñamos algunas técnicas para reducir el desgaste de los componentes mecánicos de vuestro coche y poder realizar reducciones con mayor seguridad. Antes de empezar debéis tener en cuenta que estás técnicas pueden ser complicadas sino las habéis utilizado nunca y pueden poner en riesgo vuestra seguridad y la de los demás conductores sino las domináis suficientemente.
Por ello si queréis aprender estás técnicas deberíais practicar en zonas cerradas al tráfico hasta que las dominéis completamente. Del mismo modo también debo insistir en que la incorrecta realización de lo explicado en este artículo puede repercutir en un desgaste prematuro de los componentes de tu coche, por lo que es importante que conozcáis bien la teoría antes de tratar de aplicar los conceptos en la práctica.
Punta-tacón
Ya hablábamos en la segunda parte del especial de la diferencia de velocidad existente entre los ejes primario y secundario de la caja de cambio al realizar una reducción. El encargado de igualar las revoluciones de ambos ejes es el embrague, pero ese salto de revoluciones repercute en un desgaste del mismo. Además, si soltamos demasiado rápido el embrague sufriremos un tirón y en condiciones de baja adherencia o a alta velocidad podemos bloquear el eje motriz.
Para eliminar ese salto de revoluciones en las reducciones se utiliza la técnica conocida como punta-tacón. El nombre hace referencia a la posición del pie derecho al realizar la maniobra, ya que debemos colocar la punta del pie en el freno, mientras con el tacón damos un golpe de acelerador. Aunque es una técnica muy básica, su correcta realización requiere algo de práctica. Supongamos que circulamos en 5ª velocidad a unos 100 Km/h y nos aproximamos a una curva de 3ª velocidad de unos 50 Km/h, por lo que deberemos reducir rápidamente y de forma suave para no perder el control. La secuencia a seguir es la siguiente:
- Comenzamos a frenar colocando el pie izquierdo sobre el freno. A su vez pisamos el embrague y desengranamos la 5ª velocidad.
- Con el embrague aún pisado y mientras mantenemos el pie derecho en el freno, procedemos a engranar la 3ª velocidad. Al mismo tiempo, desplazamos el tacón hasta el acelerador, dando un golpe de gas lo suficientemente fuerte para que el motor alcance las revoluciones que debería tener para que al desembragar en 3ª velocidad el motor se encuentre a las mismas revoluciones que la caja de cambios.
- Por último soltamos el embrague sin compasión. Si hemos dado la cantidad de gas necesaria no sufriremos ningún tirón.
El golpe de acelerador del paso dos igualará la velocidad de los ejes primario y secundario de la caja de cambios al engranar la marcha más corta, haciendo que podamos soltar el embrague todo lo rápido que queramos sin sufrir tirones ni desgaste, ya que el embrague no tendrá que patinar para igualar la velocidad de ambos ejes.
Lo más complicado de la técnica es conocer la relación de marchas de nuestro coche, de forma que sepamos que cantidad exacta de gas tenemos que dar para no sufrir tirones dependiendo de a que marcha queramos reducir. En el siguiente vídeo podéis ver la realización de esta técnica en un coche de competición equipado con un cambio secuencial en el que no es necesario utilizar el embrague para subir marchas, pero si en las reducciones. Prestad atención al juego de pies del piloto y el sonido del motor.
Como podéis ver la posición de los pedales en un coche de competición está especialmente pensada para facilitar esta técnica, estando el freno y el acelerador muy juntos, por lo que el piloto puede utilizar el dorso del pie para dar los golpes de gas en vez del tacón. Dependiendo de vuestro coche y la colocación de los pedales la forma de colocar el pie será distinta, pero los principios que rigen la técnica se mantienen.
Doble embrague
El doble embrague tiene la misma finalidad que el punta-tacón, minimizar la diferencia de revoluciones entre el motor y la caja de cambios al realizar reducciones, reduciendo el desgaste de los componentes y aumentado el confort de marcha y la seguridad.
Aunque el doble embrague ha caído en desuso desde la introducción de las cajas de cambio sincronizadas, aún sigue siendo útil para realizar reducciones lo más suaves posibles. A diferencia del punta-tacón, en el doble embrague no interviene el freno. Supongamos que estamos comenzando la ascensión de un puerto de montaña en 4ª velocidad, pero nos damos cuenta de que no tenemos suficiente fuerza y decidimos reducir a 3ª velocidad. El proceso para realizar esta reducción sin tirones utilizando doble embrague es el siguiente:
- Pisamos el embrague y dejamos la palanca en punto muerto. Soltamos el embrague.
- Damos un golpe de gas tratando de igualar las revoluciones del motor a las que tendríamos en 3ª circulando a esa misma velocidad.
- Pisamos el embrague, engranamos 3ª y soltamos el embrague.
Si realizamos esta maniobra de forma rápida y con una cantidad de gas suficiente, habremos realizado una reducción sin tirones de forma suave y reduciendo el desgaste del embrague al mínimo. Como siempre estas maniobras requieren de práctica hasta conocer cual es el punto de gas adecuado y ser capaces de sincronizar todos los movimientos de forma correcta.
Existe una variante del doble embrague conocida como falso doble embrague en la que no es necesario acoplar el embrague y dar el golpe de gas en punto muerto, sino que tan solo debemos embragar y dar el golpe de gas con el embrague pisado mientras realizamos el cambio de marcha. En coches de calle con una caja de cambios de piñones tradicionales es igual de efectiva que el doble embrague tradicional y es más sencilla de realizar.
En el siguiente vídeo podéis ver como llevar a cabo en diferentes vehículos el punta-tacón y el doble embrague de forma muy didáctica. Os recomiendo encarecidamente que lo veáis todas la veces que hagan falta hasta que tengáis claro cuales son los movimientos y como sincronizarlos antes de llevarlos a la práctica en vuestro día a día.
En el vídeo podéis ver incluso una combinación de ambas técnicas, punta-tacón y doble embrague, aunque como comentaba el vídeo es didáctico y la combinación de ambas técnicas no proporcionan ningún beneficio real.
Para finalizar me gustaría volver a insistir en que estas técnicas requieren de cierto aprendizaje y tanto por vuestra seguridad como por la de los demás mientras aprendéis a dominar tanto el punta-tacón como el doble embrague es recomendable que practiquéis en zonas cerradas al tráfico.
Como siempre nos gustaría conocer vuestra opinión. ¿Utilizabais estas técnicas con anterioridad? Si es así, ¿se las recomendáis al resto de conductores?