Los largos desplazamientos son el escenario propicio para sufrir averías y problemas inesperados con nuestro coche. Junto al riesgo de atascos, también existe una mayor probabilidad de avería. Vamos a circular con el coche más cargado, con un mayor esfuerzo del motor, y con el riesgo de paradas frecuentes por el volumen de coches.
Por eso, es el momento de hacer una revisión del coche para verificar el estado de batería, neumáticos, líquidos, luces o estado de dirección y frenos. Todo ello nos ayudará a evitar posibles averías y a viajar con mayor seguridad. El Club de Automovilistas RACE nos recuerda algunos de estos consejos básicos.
Antes de salir de ruta
– Comprueba los niveles del vehículo (aceite y anticongelante del radiador), batería, neumáticos (presión y banda de rodadura), y sistemas de limpiado (escobillas y líquido limpiaparabrisas). Chequea los elementos obligatorios como triángulo de emergencia y chaleco reflectante, así como gato, herramientas, fusibles de repuesto, bombillas…
– Programa el viaje y evita las horas de posibles congestiones.
– Descansa antes de salir. Si te pones de viaje después de una jornada laboral, vas a conducir muy fatigado, aumentando el riesgo de accidente. Y reparte la carga de forma homogénea, asegurándote que no dejas objetos sueltos que pueden salir despedidos en caso de frenazo o impacto. Tampoco los animales deben viajar sueltos.
Durante el viaje
– No realices una conducción continuada durante mucho tiempo. Descansa cada dos horas o 200 kilómetros como mucho.
– Nunca bebas alcohol si vas a conducir, respeta las normas y dispón de sistemas de retención para todos los ocupantes SIEMPRE.
– Mantén siempre la distancia de seguridad, circula siempre por tu derecha, excepto para adelantar, volviendo lo antes posible a este carril. Anticípate a las posibles situaciones de peligro con tiempo suficiente, e indícalo al resto de los conductores.
– Recuerda que al final de los trayectos aumenta el riesgo: fatiga acumulada del viaje, ganas de llegar al destino, posibles retenciones en las entradas, noche…
– No descuides nunca tu seguridad, ni siquiera en los recorridos cortos, por mucho que conozcas la carretera: muchos accidentes se producen en el destino, en pequeños recorridos donde nos confiamos, y donde el peligro siempre está presente.
– Si vas a conducir de noche, debes ser consciente de la fatiga provocada por la carga de atención que supone una menor visibilidad. Revisa los faros, adapta su altura a la carga del vehículo, y aumenta la distancia de seguridad. Ante el primer síntoma de cansancio, para y descansa el tiempo necesario.
– En caso de observar o sufrir un accidente, recuerda la conducta PAS: protegerte de nuevos riesgos, avisar a las emergencias y socorrer a los heridos en los casos de extrema gravedad.