Crónica de un pinchazo anunciado

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Así se arregla un pinchazo Hay un debate entre fabricantes de vehículos y compradores. Ese debate es sobre los diferentes tipos de ruedas de repuesto, ya sea del mismo tamaño que el del coche, la de galleta y lo que ahora está de moda, el kit antipinchazos. Hoy os traemos las diferentes soluciones de las que disponemos y cuales son sus pros y sus contras.

Tener un pinchazo es un problema, ya que darse cuenta tarde puede acarrear una avería inmensa. Estamos hablando de romper una llanta, doblar el eje del coche, romper la barra de torsión y peor aún, llegar a tener una colisión contra otro. Dependiendo de la vía por la que circulemos puede suponer un engorro y a la vez un peligro no solo para nosotros, sino para los demás coches que circulan por la vía.

Rueda del mismo tamaño

La solución de toda la vida Ahora es bastante complicado encontrar un coche que traiga una rueda de repuesto del mismo tamaño que las que monta el coche de serie, pero todavía se puede ver alguno. El coche puede traerla en diferentes sitios, ya sea en el fondo del maletero, en los bajos de la parte trasera y raramente en la cuna del motor. En la actualidad, esta última es imposible de encontrar, nos tenemos que remontar a los años 60, 70 y principios de los 80.

El problema es que restan mucho espacio al maletero y además supone un peso extra para el coche. Sí, el peso no es exagerado pero se acaba notando. Sin embargo, una vez que has pinchado y la montas el coche debería mantener la capacidad de frenado, la estabilidad y poder llevar una velocidad normal.

Además de esto, nos tenemos que acordar de llevar un mantenimiento de esta rueda porque se puede deteriorar, sobre todo si está en los bajos del coche y a la intemperie, puede perder presión y demás. Si retiramos un neumático pinchado por otro con poca presión pues lo comido por lo servido porque volveremos a pinchar o reventar.

Rueda de galleta

Así es una rueda de galleta Esta es la rueda del quiero y no doy más de mí. Cierto es que pesa menos, ocupa menos espacio y te salva en ese momento. El problema es cuando pinchas en una autovía, estás a mitad de camino y pones esta rueda con la que puedes alcanzar una velocidad máxima de 80 Km/h y tienes de “autonomía” unos 200 kilómetros como mucho.

Esta rueda nos obliga a reparar el pinchazo lo más pronto posible. Mucha gente no sabe esto y recorren más kilómetros de los que recomienda el fabricante o a una velocidad superior de la indicada y el resultado, reventón y llamada a la grúa. Otro problema que tienen es que habitualmente no es la misma medida que la que trae el coche, y esto resta seguridad y peligra la integridad del vehículo.

El uso de esta rueda de repuesto se ha generalizado y extendido desde hace bastantes años. Para el fabricante le supone un gran ahorro, pero hay casos en los que no queda otro remedio. Es el caso de los coches pequeños, para hacerles más grande el maletero o el tanque del combustible.

Kit anti-pinchazos

Todos traen compresor El kit anti-pinchazos es una alternativa a las ruedas de repuesto, ahora muchos vehículos lo traen de serie porque ocupan menos espacio y le supone al fabricante un significante ahorro en costes. Este kit suele contener un producto sellador, ya sea líquido o de espuma y un compresor.

Parece muy fácil su uso pero no es así, de hecho es bastante complicado. Además, el resultado la mayoría de las veces no es el esperado lo que hace que tengas a volver a detener a los 70 kilómetros tirando alto. Es difícil localizar un pinchazo, a no ser que haya una punta o un tornillo clavado en el neumático, pues imaginaros tener que hacerlo en una autopista o en una nacional con un arcén estrecho.

Neumáticos antipinchazos

Así es un neumático antipinchazos Estos neumáticos también denominados Run on flat nos permiten seguir circulando aunque hayamos pinchado, durante unos kilómetros y a cierta velocidad, según fabricante. Tienen bastantes pegas, igual solo puedes circular 100 o 200 kilómetros hasta un taller cercano y no en todos los talleres de reparación saben arreglar este tipo de neumáticos. También cabe destacar que son muy caros y bastante pesados.

Habitualmente los solían montar coches como BMW. Pero claro, todos sabemos lo que pasa, que aunque las traiga de serie una vez que se desgasten no las volvemos a montar. Ponemos otro neumático normal y corriente. Otro problema de estos neumáticos es que los coches que las traen de fábrica no suelen tener o no tienen hueco para llevar una rueda ni normal ni de galleta.

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Hay algunos fabricantes que montan de serie ruedas de galleta, aunque el coche tenga hueco suficiente para poder llevar una rueda normal. Como ya dije antes, ahorro en costes. De hecho, en los vehículos modernos la rueda de repuesto es un lujo, si la quieres te toca pagar por ella. Otras marcas, te ponen el kit y si quieres rueda también tienes que pagar contando con que traiga hueco para ella.

Otros fabricantes directamente no te dan opción a nada, ni rueda ni kit lo que significa que tienes que llamar a la grúa. La rueda de galleta te sirve para poder salir del paso, pero es muy limitado y estás expuesto a quedarte tirado por el tema de kilometraje y de velocidad. Además de no ser la talla del vehículo.

En mi opinión la mejor opción es la rueda normal, es decir, igual a las otras cuatro ruedas. Lo único que resta algo de espacio del maletero, porque el peso no es mayor problema. Es más útil y te permite continuar tu viaje sin problemas. Eso sí, hay que revisarla siempre y ver que está bien tanto de presión como el estado de la goma. ¿Y vosotros, cual de estas escogeríais?

Archivado en Alternativas, Pinchazo, Ruedas de repuesto
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