Cada vez más se ven circulando muchas más bicicletas por las calles de tu localidad. Eso es así, se está produciendo un cambio en nuestros hábitos y aunque cuesta muchísimo cambiar nuestra forma de ir al trabajo, a la universidad o al colegio, cada vez más se hace uso de medios alternativos con el principal objetivo de ahorrar costes en el transporte y evitar las dificultades para encontrar aparcamiento.
Eso sí, tal y como ocurre con las motos, aún sabiendo que ha mejorado la seguridad, ante un hipotético accidente, tu cuerpo es el que quedaría completamente expuesto al golpe. Muchas veces, una mala visibilidad o la carencia de distintivos en las bicicletas y los ciclistas provoca atropellos que en más de una ocasión ha supuesto la muerte de alguno de ellos.
De esta forma, acaba de surgir una innovación que ayudaría a reducir el riesgo de ser embestidos por un coche mientras circulas por una calle o avenida con una gran afluencia de coches. Su implantación es inminente en todas las bicicletas públicas de la ciudad de Londres, las cuales cuentan con el patrocinio de uno de los pesos pesados de la banca. ¿En qué consiste el llamado sistema Blaze Laserlight?
Blaze Laserlight, la app que llega para mejorar la seguridad de los ciclistas en el ámbito urbano
El proyecto cuenta con una innovación que no ha requerido unos cuantos millones de dólares en desarrollo. Con la instalación de un aparato que emite un haz de luz ha sido suficiente. Es muy sencillo, en el manillar de todas las bicicletas públicas se va a instalar un mecanismo que al echar a rodar emitirá automáticamente la imagen de una bicicleta de color verde en el asfalto unos cuantos metros más allá de la bicicleta.
La principal ventaja de este producto sale a relucir en los tramos donde se producen la mayor cantidad de accidentes, los cruces de calles. Así pues, si un conductor se dirige en su automóvil de noche y llega a un cruce, sabrá unos metros antes que una bicicleta pública se sitúa en los alrededores, pudiendo disminuir la velocidad y aumentando el nivel de concentración para evitar un atropello fortuito.
El proyecto, pese a que comenzó como una simple prueba piloto, se va a convertir en realidad tras la aprobación por parte de la administración pública de la ciudad. A lo largo de los próximos días o quizá dentro de un par de meses, las más de 11.000 bicicletas públicas dispondrán de esta nueva medida de seguridad, diseñados para que no supongan un lastre a la hora de pedalear ni deslumbren a los demás usuarios de la vía.
Además, para el erario público solo supondrá una mínima parte del coste total de la inversión, valorada en más de un millón de euros. Prácticamente todo la inversión correrá a cargo del banco que a su vez patrocina las bicicletas públicas de la ciudad. Se espera, por tanto, que esto acabe con los atropellos que han venido ocurriendo hasta este precioso momento y en los que se alegaba la falta de visibilidad de los ciclistas.