El automóvil, las motocicletas o los autobuses continúan entre nosotros a base de tener una oferta sostenida en el tiempo. En cambio, hay numerosos medios de transporte que no han tenido éxito o que aún lo aguardan a la espera de que termine su desarrollo.
Entre aquellos que se han quedado por el camino habrían dos que podrían considerarse como mitológicos por no haberlos tenido nunca cerca para montarse en ellos. Seguro que ya lo habías pensado, tanto el Concorde como el Zeppelin son las dos mejores representaciones para mostrar que pese a las especificaciones técnicas y otra serie de variables, el presupuesto siempre, al fin y al cabo, es el que manda en esto de continuar adelante con los proyectos. En este mismo sentido, un chino, no podría ser de otro lugar, a excepción de Rusia, claro está, ha creado su propio zeppelin o dirigible, como quieras llamarle.
Se enamoró de su silueta y lo consiguió revivir, este es el resultado
Y bien, ¿cómo surge esta historia? Al protagonista de esta historia no le gustaba mucho estudiar así que a los 17 años abandonó la escuela. Pero no pienses que se quedó en su casa a verlas venir día tras día sino que comenzó a interesarse por un proyecto de lo más original, la creación de su propio dirigible, basándose en las fotografías que había en un libro del hermano de éste. Según Shi Songbo, que es como así se llama, siempre había tenido admiración por los medios de transporte que surcan los cielos. Él no quería ser menos y se propuso un reto que parecía inverosímil.
Tras unos cuantos años de trabajo, finalmente lo acabó hace cosa de poco más de un mes. En estas condiciones, únicamente quedaba por hacer una única comprobación, ¿funcionaría? El pasado domingo se llevó a cabo el experimento. Como si se tratase de los mismísimos precursores del mundo de la aviación, los hermanos Wright, este hombre de 29 años se izó en el aire como si de un pájaro se tratase.
Cualquier comienzo es duro y éste, no iba a ser menos. Nada más y nada menos que ocho intentos fueron necesarios para dejar de pisar tierra y es que hay que tener en cuenta las dimensiones. Poseía una longitud de unos 27 metros de largo por unos 10 metros de alto. Lograr una estabilidad con esas medidas no debería ser tarea fácil.
En cambio, una vez que superó todos esos obstáculos, consiguió alzarse la asombrosa altitud de 500 metros y su estancia en el cielo chino por un total de dos horas. Teniendo en cuenta los medios con los que ha contado, no está nada mal el hecho de haber logrado permanecer a dicha altura por más de unos pocos minutos.
A todo ello hay que sumar el presupuesto con el que contaba. Con apenas 300.000 yuanes, 43.137 euros al cambio, ha conseguido volver a poner en el aire uno de los medios de transporte más curiosos e interesantes de tantos que se han creado en el pasado. Además, lo ha podido llevar a cabo sin más conocimiento que el que le aportaba un libro le ha permitido conquistar el cielo con su proyecto.