Forman parte importantísima dentro del mundo del automóvil. No destacan por su deportividad, ni por su tecnología, ni siquiera tampoco por su diseño pero es imposible tener estos dos modelos en mente cuando se habla de la industria francesa. Hicieron época y contribuyeron a que la sociedad pudiese disfrutar cada vez más de su propio coche particular.
De vez en cuando aún se puede ver alguno rodando por la ciudad o carretera por la que tantos kilómetros han recorrido ya. Pese a que fueron fabricados en masa y poblaron gran parte del parque automovilístico de las penúltimas cuatro décadas del siglo XX, están comenzando a tener un valor acorde al tiempo que pasa conforme nos alejamos de sus fechas de producción.
Sin embargo, hay alguien que está convencido de una idea, no quiere dejar ‘morir’ estos dos emblemas de la industria francesa. De nombe Christophe Goujon, tiene como pasión crear réplicas que bien podrían sustituir al modelo original desde una perspectiva adecuada. ¿Quieres conocer un poco más acerca de la historia de este apasionado de los fabricantes del país vecino?
Christophe Goujon y su particular afición con el Renault 4L y Citroën 2 CV
Es importante destacar que su principal obra radica en la producción del modelo diseñado por la firma del rombo. Es más, posee la autorización oficial para la creación de todas y cada una de las unidades diseñadas bajo el formato del famoso ‘4 Latas’.
Pese a ello, también tiene predilección por su modelo más competitivo por aquella época, el histórico 2 CV. Este modelo, denominado así por la fuerza que generaba su motor en los comienzos de su producción al final de la década de los cuarenta, también guarda un huevo en el corazón de Christophe Goujon, el cual lo produce a escala gracias al talento del que puede presumir.
Pese a que comenzó simplemente haciendo piezas para coleccionistas, ha diversificado y flexibilizado la producción. En este momento se pueden realizar encargos que hacer de sus creaciones a escala vehículos mucho más interactivos. Es capaz de acoplar la tecnología de los coches a radiocontrol con objeto de poder ser conducidos aunque sea por unos minutos en circuito cerrado. Además, se le pueden acoplar pedales para convertir una simple réplica a escala en un auténtico juguete para niños.
Desde hace relativamente poco tiempo, Christophe Goujon ha comenzado a atreverse a meterle mano a un posible Alpine. De conseguirlo, podría coincidir con la creación del sucesor actual del mítico modelo de competición creado entre los años sesenta y setenta. ¿Hasta qué punto podría llegar el talento del francés con la creación de los modelos a escala? El tiempo lo dirá.
