La naturaleza no entiende de carreteras, señales ni coches, simplemente es el espíritu de supervivencia lo que mantiene a los animales en su continua búsqueda de alimento. Un buen ejemplo es el que se puede ver en el vídeo, donde un ave de grandes dimensiones está en mitad de la carretera entretenido con no se sabe muy bien el qué.
Lo que es cierto es que el conductor del Subaru con la motorización más potente estaba yendo de ruta. Una carretera de montaña perfecta para extraer la buena fama que tiene esta versión. Todo estaba yendo a la perfección hasta que se topó con el animal, al cual pilló de improvisto entretenido con algo.
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El Subaru WRX STI no pudo esquivar lo que venía encima
Cuando quiso frenar ya era demasiado tarde. Pese a que se puede intuir que no iba muy rápido, lo cierto es que el ave (no se sabe muy bien si era un águila, un halcón u otra especie similar) no reaccionó a tiempo, impactando contra el cristal.
Dado que el conductor continúa la marcha unos cuantos metros no se puede saber si el animal superó el golpe pero lo que llama la atención es el motivo del por qué decidió parar después.
Parece ser que llevaba unos segundos viendo algo extraño en la rejilla del capó. Teniendo en cuenta que es una pieza importante para la refrigeración, decidió parar en el arcén a sabiendas de que poco antes se había empotrado un animal en el frontal.
Cual fue su sorpresa cuando vio que había nada más y nada menos que una tortuga en su interior. ¡El pájaro se la estaba comiendo minutos antes en el asfalto! Él, impresionado ante lo que estaba viendo volvió al habitáculo en busca de su smartphone y un instrumento para eliminar lo que quedaba de ella.
¿Quién iba a decirle que alguna vez atropellaría una tortuga y que terminaría en uno de los elementos más característicos de las versiones STI de Subaru? Tal y como se puede apreciar, tras ver cómo había quedado el pobre animal, se deshizo de ella y la tiró entre los matorrales.
Por último, antes de emprender de nuevo la marcha, limpió curiosamente los restos del capó que habían quedado manchados y volvió a ponerse a los mandos.
