Cualquier acto de la monarquía está revestido de un boato especial. Y para resaltar aún más ese carácter en ceremonias tan excepcionales como la celebrada esta misma mañana en Madrid, los coches adquieren una importancia capital. El rey Felipe VI ha sido proclamado en una ceremonia sencilla; pero que ha contado con una serie de características particulares en las que los automóviles han destacado por encima de todo: desde la caravana de vehículos de lujo que ayer por la tarde acudió al Palacio Real para escenificar la abdicación de Juan Carlos I, hasta el Rolls-Royce descapotable que ha trasladado a los nuevos monarcas desde el Palacio del Congreso de los Diputados al Palacio Real.
La caravana motorizada habitual de la Casa Real
El otro día en Freno Motor hablábamos de la afición del rey Don Juan Carlos a los coches de gama alta. Hoy vamos a explicar cómo suelen moverse los miembros de la Casa Real; ya que, al igual que cualquier otra alta personalidad del estado, la Familia Real realiza sus desplazamientos por carretera a bordo de berlinas de representación de carácter premium. Lo habitual es que viajen en modelos alemanes como el Audi A8, el BMW Serie 7 o el Mercedes Clase S. Suelen ser vehículos blindados, de batalla larga para que sean más espaciosos y equipados con un sinfín de comodidades acordes a su rango.
Junto a los reyes, también viajan en otros automóviles ayudantes, edecanes, guardaespaldas, secretarios,… Eso hace que formen largos convoys de vehículos oscuros, cuyo paso va siendo abierto por motoristas de la Guardia Civil. A la cola se sitúan uno o varios monovolúmenes preparados para el personal de servicio de seguridad y asistencia.
La nueva princesa de Asturias ya no viaja con sus padres
A las 00:00 de hoy entraba en vigor la Ley Orgánica 3/2014 de abdicación de Juan Carlos I. A esa hora Felipe VI inauguraba su reinado y su hija Leonor pasaba automáticamente a ser considerada princesa de Asturias. Como heredera de la corona, entre otras muchas cosas el protocolo dicta que ya no podrá viajar en el mismo vehículo en el que lo hacen sus padres. La seguridad impera y separándolos se garantiza que en caso de accidente o atentado la continuidad dinástica prevalezca.
Desde ayer hemos podido comprobar que en todos los desplazamientos se ha cumplido con esta norma, por la que tanto la princesa de Asturias como su hermana, la infanta Sofía, han viajado en un automóvil distinto al de sus padres. Una costumbre que ya se seguía con Don Felipe desde la proclamación de Juan Carlos I.
Los Rolls-Royce de la ceremonia
Una de las grandes sorpresas del evento ha sido la utilización de un descapotable que ha permitido a los madrileños poder ver más de cerca al nuevo monarca. Por cuestiones de seguridad, se había optado por hacer el desplazamiento desde la Carrera de San Jerónimo hasta el Palacio de Oriente en el mismo Rolls-Royce Phantom IV en el que habían salido de la Zarzuela. Sin embargo, para acercarse más al pueblo, a última hora se modificó el coche por el mismo que ya había usado su padre en su propia proclamación de 1975.
En este evento la Casa Real ha empleado dos de los tres Rolls-Royce Phantom IV que Francisco Franco compró en 1952 para la jefatura del estado. Se trataba de dos berlinas cubiertas de cinco y siete plazas, y un descapotable que ha paseado hoy a los nuevos reyes por el centro de Madrid. Se da la circunstancia de que en estos tres automóviles la estatuilla de El espíritu del éxtasis que corona el capó se encuentra en posición genuflexa en señal de respeto.
El séquito de las grandes ocasiones
Aunque ya hemos explicado cómo se desplazan por carretera habitualmente los miembros de la Familia Real, el protocolo señala que para ocasiones especiales como la que hemos vivido hoy el traslado se haga con mayor pompa y boato. Por lo tanto el rey ha salido del Palacio de la Zarzuela en dirección a la Carrera de San Jerónimo en uno de los Rolls-Royce cubiertos. La escolta principal, en este primer traslado, la han efectuado los motoristas de la Guardia Real, que han ido flanqueando durante todo el trayecto a la Familia Real con sus llamativas Harley-Davidson. Tras ellos, la habitual caravana de coches oscuros (BMW, Mercedes, Audi,…); y al final del convoy iba otro Rolls-Royce “de respeto” preparado por si una avería impidiese al coche principal continuar el viaje.
Tras la proclamación en las Cortes, el Rolls-Royce descapotable de los reyes ha sido escoltado por un escuadrón de caballería de la Guardia Real que iba abriendo paso al toque de clarines y timbales, mientras el jinete más próximo al vehículo portaba el nuevo guión carmesí con el escudo de armas de Felipe VI.
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¿Qué te ha parecido la proclamación de Felipe VI? ¿Te han gustado los Rolls-Royce empleados en la ceremonia? ¿Conoces alguna anécdota más que deba figurar en este texto?
Anda, pero si ya han estrenado los Megane RS que compraron el otro día para escoltar. Se ve en la última foto el primero de todos jajaja
Pues como se dediquen a andar con ellos a 10 km/h los van a terminar quemando.
Creo que te equivocas Ricardo, según tengo entendido Rolls Royce optimizó la curva de par y la relación de cambios para este tipo de marchas oficiales en estos coches. Son coches pensados para esto, así que no creo que se quemen… al final con carburadores con agujeros como salchichas, no creo que se acumule carbonilla o haya problemas en la inyección jejeje
Yo no me refería a los Rolls-Royce. Yo me refería a los Megane RS, que no creo que estén optimizados para desfiles ni para circular a 10 por hora.
¡Grandes coches! Pero, ¿podemos permitirnos que nuestros representantes vivan con este lujo mientras el pueblo pasa hambre?
La mayoría de coches son coches viejos… incluso los “modernos” son Audi A8 o Mercedes Clase S con más de 10 años… el resto son coches históricos parte del patrimonio nacional.
Me consta que los Audi son regalos de la marca. Imagino que los Mercedes y los BMW tampoco los pagarán. Y los Rolls-Royce están más que amortizados. A modo de curiosidad, a Franco le costó cada uno de ellos en 1952 8.000 libras de la época.
Si se hubiesen paseado en un Seat Ibiza no habría cambiado la pobreza en España. Sinceramente.
Pero mover un coche viejo tiene unos costes elevados… Sobre todo ese Rolls Royce. La verdad me parece un derroche de dinero a lo tonto….
Gastar 200€ en gasolina por una ocasion especial creo que es lo menos… criticamos demasiado a la familia real, cuando el agujero de este país está en los políticos chupabotes y que roban miles de millones de euros, que son los que nos han llevado a la ruina, no que Felipe se pasee en un Rolls Royce el día de su coronación.
Estoy de acuerdo con Diego. El Rolls-Royce se saca dos o tres veces al año, cuando la ocasión lo merece. Y si no se usase, lo tendría que estar moviendo por dentro del cuartel de la Guardia Real. Eso es lo que está ocurriendo con el Mercedes G4 de 3 ejes que Hitler le regaló a Franco. De vez en cuando uno de los mecánicos del parque móvil se tiene que dar una vuelta con él para que esté en correcto estado de mantenimiento. Por mucho que lo pagase Hitler, no deja de ser una joya casi única que nunca sale a la calle.
Pero no es solo la gasolina que gaste en el acto, sino todo el mantenimiento que se le tiene que hacer a lo largo del año, que es prácticamente diario. Y no solo es mover el Rolls, es mover todos los demás coches del convoy…. Esos coches tan viejos no son rentables. Es preferible que saquen dos coches nuevos, que no reliquias, esas para los entendidos y para los museos. Concluir que me estaba refiriendo a los coches y no a política 😀
Te repito Pablo, son joyas del automovilismo y hay que moverlas para que estén bien mantenidas. Aunque el Estado gaste 600.000 euros al año en mantener el parque de vehículos, sigue siendo calderilla. La crisis no está aquí, ya que cualquier diputado inútil gasta más que un señorial Rolls Royce, que se lo merece.
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