Se ha hecho de esperar demasiado pero parece que el frío ha llegado y con ello, la nieve. En Freno Motor ya has podido ver en anteriores ocasiones qué es lo que hay que hacer cuando las bajas temperaturas aprietan. Revisar el aceite más periódicamente o llevar siempre consigo cadenas de nieve si se vive en lugares con predisposición a condiciones climatológicas adversas es muy importante y el ejemplo de hoy, llevado al extremo, es muy oportuno para explicar que función ejercen sobre las ruedas.
Las cadenas de nieve, como cualquier otra alternativa para evitar el deslizamiento en superficies heladas, tienen un efecto directo sobre el rendimiento de los neumáticos, ya sean de invierno o para todo el año. Así pues, ¿cómo podría mostrarse el efecto que tienen y las consecuencias que conlleva hacer uso de los mismos? Max Verstappen tiene la solución. El piloto de Formula 1 y el equipo Toro Rosso han tenido la genial idea de cubrir las gomas del bólido con unas cadenas especiales. ¿Surgirá el efecto deseado?
Max Verstappen y el descenso de un Formula 1 por la nieve
Remontándonos hasta mitad de la primera década del siglo XXI, los motores V10 podían escucharse por más de algún kilómetro fuera de las pistas. Después llegaron los V8 y finalmente, los V6 que están instalándose en la actualidad y desde hace unos dos o tres de años. La política del downsizing fue pionera en el mundo de la competición más importante del mundo automovilístico y después llegó a los vehículos de calle.
Al menos, para la grabación del vídeo y la realización del espectáculo se contó con una unidad del año 2011, año en el que la compañía tuvo tantos éxitos de la mano de Sebastian Vettel y Mark Webber, alzándose con los títulos de piloto y constructores. Por ello, el modelo utilizado esconde bajo el capó un motor V8 que hará las delicias de tus oídos al escuchar la aceleración y la subida de revoluciones. Está considerado como unos de los mejores Formula 1 fabricados para competir sobre el asfalto y ahora…sobre la nieve.
Con las cadenas instaladas, el bólido de competición está preparado para surcar de un lado a otro cada uno de los metros de la pista. Tanto en ascensión como en el descenso el agarre es excepcional teniendo en cuenta que no está preparado para este tipo de superficie. Así pues, colócate los cascos porque el rugido de un motor de este nivel merece la pena sentirlo cerca. Más aún cuando en ocasiones se superan las 10.000 rpm para garantizar la subida.
Las imágenes han sido rodadas en la cadena montañosa más importante de Europa central, Los Alpes, protagonizadas por el piloto actual de Toro Rosso.