Un Guardia Civil irá a la cárcel por inventarse infracciones que afectaban a un vecino

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Guardia Civil

Ante de continuar leyendo es importante aclarar algo muy importante, si el título te ha parecido una historia digna de cualquier episodio de ‘La que se avecina’, estás en lo cierto, lo parece. Sin embargo, no es de ciencia ficción, ha ocurrido en la realidad y es mucho más serio de lo que puede parecer al principio.

¿Te imaginas como un Guardia Civil puede hacerte la vida imposible si eres vecino suyo y no os lleváis muy bien? Inventarse infracciones está recogido en la constitución como un delito muy grave y puede conllevar penas de prisión. Es lógico, esta fuerza de seguridad del Estado está para garantizar que se cumple la Ley y, por ello, ellos deben ser los primeros en respetarla.

Pese a circular algunos rumores un tanto decepcionantes en cuanto al número de multas que tenían que imponer, lo cierto es que se les guarda mucho respeto por ser el cuerpo que mayor se centra en el área de circulación de vehículos. Ahora bien, ¿y si existiesen más casos como el del Agente protagonista en el día de hoy?

Condenado a 4 años y medio de cárcel un Guardia Civil por inventarse multas que cargaba al vecino

Agente Guardia Civil

Una historia de lo más rocambolesca. Funcionario, trabajo de por vida y complicarse de esta manera la vida, ¿en qué cabeza puede caber inventarse multas como las que ha llevado cometiendo un agente durante un tiempo? Es algo difícil de explicar pero sí, es totalmente verídico. La Audiencia Provincial de Córdoba ha declarado culpable a un agente y le ha condenado a 4 años y medio de cárcel por un delito continuado de falsedad en documento oficial.

Además, se verá obligado a acarrear con los gastos del pleito y pagar una cuantiosa multa, además de no poder ocupar cualquier cargo público durante un total de cinco años desde el momento del dictado de sentencia. Ahora bien, ¿qué hay detrás de la sentencia firme?

Según apunta Diario Córdoba, el condenado era residente en Fátima mientras que estaba destinado en El Carpio. El perjudicado de esta historia era el presidente de la comunidad de vecinos en la que residía. Todo comenzó cuando unas discrepancias en el presupuesto de gastos provocó el comienzo de la relación amarga que acabaría en una condena histórica.

Esta diferencia de criterio hizo que el cargo público se saltase la ley ‘a la torera’. Sabiendo que el vecino disponía de dos vehículos, una moto y un coche y, sabiéndose sus respectivas matrículas, decidió comenzar a inventarse multas por conducción temeraria. Todo derivó en una deuda total superior a los 7.000 euros.

Éste, al ver cuánto era lo que debía al consistorio, decidió denunciar el caso a la policía. Ahora, tras un tiempo de juicio y negociación, no se ha conseguido llegar a un pacto anterior al pleito. Según señala el auto, el Guardia Civil abusó de su posición dominante para multar, sin motivo aparente, al propietario de los vehículos sancionados.

Acatar el presupuesto o presentar su candidatura en la siguiente junta de vecinos quizás, o más bien seguro, le hubiese salido más rentable. Su carrera dentro del cuerpo ha quedado con una mancha imborrable y truncada por una cuestión que bien podría haber quedado solucionada con una explicación en un primer momento.

Archivado en Cárcel, Guardia Civil, Multas
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