Si acostumbrados a los coches de hoy en día, independientemente del segmento al que pertenecen, nos montásemos en otro de unas décadas atrás, comprobaríamos realmente cómo se ha mejorado la tecnología con el paso del tiempo. Es evidente que antes de la expansión del coche privado, las marcas tenían mucho menos margen a la hora de hacer fuertes inversiones en mejorar los modelos que lanzaban al mercado.
La industria no tiene nada que ver ahora con lo que era hace unos años. Tanto en el diseño, en las técnicas de producción como en la importancia en la seguridad, se han producido unos cambio de 180º que han transformado el sector. Obviamente, cada una de las empresas se caracteriza por algún apartado de los anteriores. Así, Alfa Romeo destaca por sus bellos diseños mientras que Volvo tiene la seguridad como su punto de diferenciación.
Pues bien, precisamente en este apartado, el de la seguridad, se han querido centrar los compañeros de CarAdvice. ¿Qué han querido probar? El ESP. Para ello, han acudido a un terreno en el que este sistema es importantísimo para evitar accidentes, la nieve. En estas condiciones, es necesario tener algunas habilidades para poder conducir de forma eficiente y para ello, hay fabricantes que ofrecen cursos de conducción en situaciones de dificultad.
¿Qué importancia tiene incorporar el ESP en el coche?
Para ver realmente las consecuencias que se producirían en una situación real, en la prueba anterior deciden, en primer lugar, desconectar los sistemas de seguridad. Una vez se observa el resultado, activan los elementos que habían apagado para ver la diferencia que existe y realizar así, una comparación entre ambas opciones.
Para la realización de la prueba, se fijan una serie de conos que consigan ilustrar un obstáculo. A su vez, otros tantos se sitúan en paralelo con éstos para mostrar el camino que debería ser el que, en una hipotética situación, condujese a una zona de mayor seguridad. Por tanto, lo apropiado debería ser la realización de un ‘volantazo’ mientras se frena a fondo para ver si las ruedas siguen las indicaciones del conductor o, por el contrario, se bloquea el eje delantero sin opción de que gire.
Obviamente, en la primera de las dos pruebas, el coche, pese a girar el eje delantero, se marcha directo hacia la pila de conos. ¿Por qué? La poca adherencia del suelo mojado y la energía que lleva el vehículo por la fuerza de la velocidad, provoca que el destino del coche no sea el apropiado y termine impactando con el ‘obstáculo’.
En cambio, en un segundo intento en el que el coche sí que lleva activadas todas las medidas de seguridad, el conductor consigue realizar la maniobra deseada consiguiendo esquivar todos los conos y cumpliendo a la perfección el recorrido propuesto en el circuito. Sin embargo, puede que por circunstancias mecánicas, no pudiese darse este idílico desenlace. En algunas ocasiones, otros incidentes tales como el estallido de una rueda, puede provoca que el ESP no actúe en las mejores de las condiciones.
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Siempre es bueno detenerse a pensar un poco y observar cómo cambia la vida alrededor. En este sector es importante hacer una reflexión, ¿cuál sería el número de vidas salvadas si todos los elementos de seguridad de los que podemos disponer hoy en día existiesen hace unas décadas? No se puede volver al pasado y rebobinar por lo que hay que contentarse con que cada vez más, viajar en coche es más seguro.