Que la tecnología de impresión 3D comience a despuntar no es ninguna novedad pero que empiece a extenderse por multitud de sectores todavía parece quedar un poco lejos. Sin embargo, basta con poseer una máquina lo suficientemente grande y avanzada para crear una casa y un coche que además vayan a conjunto para creer en una vida con todo de alrededor fabricado en este tipo de impresión.
El proyecto AMIE, que es así como se llama, busca precisamente esto, crear una especie de tándem entre un automóvil y una edificación con el objetivo de buscar una interacción entre ambos para compartir fuentes de alimentación y combinar la energía generada. Aún suena un tanto descabellado pero poco a poco la idea de un laboratorio estadounidense va cogiendo forma y materializándose. Pero realmente, ¿Cómo funciona esta conexión?
Proyecto AMIE, tándem formado por sector inmobiliario y del automóvil
La vuelta de tuerca de este apasionante proyecto radica en la obtención de energía por parte de estos dos negocios. Por un lado, la estructura fija se alimenta a través de la energía eléctrica obtenida a través de la instalación de paneles solares en el tejado. Gracias a la transformación de la energía, la corriente puede conectar todos los aparatos de la casa y además, cargar las baterías del vehículo eléctrico.
Con ello, se haría uso convencional de las prestaciones de la edificación y del transporte sin emitir y producir ni un solo gramo de partículas contaminantes, es decir, el autoabastecimiento permitiría una sostenibilidad en el futuro.
Otra novedad es que el vehículo impreso en 3D, el cual tiene un cierto aire al histórico Jeep Willy, llevaría acoplado un depósito de gas natural a modo de complemento por si no hubiese suficiente electricidad disponible. Actuaría así a modo de autonomía extendida para mejorar la practicidad del automóvil.
Pero aquí no acaba todo porque lo más importante está por llegar. Lo que realmente diferenciaría este trabajo de otros parecidos es la conexión que se establece entre la vivienda y el automóvil. Si en otras ocasiones se ha hablado de la instalación de puntos de recarga en edificaciones para la carga de vehículos eléctricos, esta vez se habla de una interactuación entre ambas estructuras. De esta forma, el vehículo sería capaz de proporcionar electricidad a la vivienda a través de la energía producida y mediante el gas natural en momentos de escasez de energía solar.
Esta combinación y traspaso de energía se produciría a través de una conexión inalámbrica por inducción. Así pues, sin necesidad de cables ni medios físicos, se podría establecer una comunicación entre el automóvil y la edificación. Pese a que el proyecto se antoja interesante, aún hay muchos temas por pulir como la obtención de permisos de construcción, la producción en tiradas de varias unidades o la creación de máquinas de 3D capaces de soportar las exigencias de una casa acondicionada para habitar a huéspedes. En cambio, podría decirse que en unos años se podría estar hablando a diario de este tipo de tecnologías.
Si quieres ver gráficamente en qué consiste el proyecto de estos estudiantes estadounidenses, no te pierdas el siguiente vídeo time lapse en el que se muestra la producción de ambas estructuras, la fija y la móvil.