Nos rodea, nos envuelve y aunque queramos, no podemos escapar de ella. Está por todas partes; en la calle, en tu casa, en la casa de un amigo o familiar, en un bar, en una tienda, en tu teléfono móvil, en tu coche, o incluso dentro de tu cabeza. Estuvo presente desde el primer día que naciste y no te abandonará hasta el día de tu muerte.
Si quieres evitarla te recomiendo que no lo hagas. Allá tú, pero nunca he visto a alguien que no haya acabado sucumbiendo ante sus encantos. Porque seguro que has acudido a ella cuando has estado aburrido, triste, feliz, enamorado… O cuando has sufrido un desamor, cuando has estado de fiesta, cuando has hecho deporte, cuando no has podido dormir, cuando has estado melancólico, cuando te apetecía soñar, incluso cuando has estado estudiando.
Si, te hablo del invento más extraordinario que ha creado el ser humano. Te hablo de la música. Una vez leí en un libro que la música es el alimento del alma, y que puede despertar en los corazones sentimientos que jamás aflorarían con otro método. Los efectos que causan en nosotros han sido objeto de muchos estudios, y como consecuencia de ellos hoy en día conocemos los múltiples beneficios que nos aporta, como por ejemplo ayudar a acelerar la cicatrización de las personas que tuvieron una intervención quirúrgica, o aumentar la comunicación neuronal.
Además, el cerebro puede escuchar de forma detallada ondas musicales mientras hacemos otra actividad, entre la que podemos incluir la conducción; es más, escuchar música mientras conducimos se ha convertido en algo imprescindible para muchos. Y actualmente, con la posibilidad de conectar nuestro teléfono móvil a la radio del coche, o incluso el poder escuchar música en streaming, la opción de acceder a multitud de listas de reproducción de artistas variados se ha multiplicado de forma considerable respecto a las épocas del Cassette o el CD. ¿Pero hasta que punto puede ser beneficioso o perjudicial escuchar música cuando conducimos? ¿Puede influir la música en nuestro estilo de conducción? ¿Nos volvemos más agresivos conduciendo según qué tipo de música escuchemos?
Muchos estudios realizados al respecto han intentado dar con la clave para averiguar cuál es el tipo de música más adecuada que debemos escuchar a la hora de conducir analizando los efectos que sobre el conductor tienen unos y otros estilos. Con ello, se puede averiguar también qué tipo de conductores somos en función de la música que escuchemos cuando conducimos.
En este sentido, recuerdo que hace ya más de dos años se hizo una curiosa encuesta en Inglaterra sobre 2.000 personas y la música que escuchaban cuando conducían. El resultado fue que aquellos que escuchaban Rock o Heavy Metal insultaban más a otros conductores, y los que escuchaban Jazz o Reagge tenían más multas por exceso de velocidad.
¿Es la música entonces la expresión de nuestra forma de conducir? Sinceramente, yo creo que no. Más que con la música, los conductores estamos relacionados con nuestra experiencia al volante y con nuestra personalidad. Por eso, debemos saber diferenciar la música estimulante de la música sedante, independientemente de su género. Por ejemplo, mi cuñado se pone de los nervios si no escucha Heavy Metal cuando conduce, y una amiga que tuve hace años me ponía alterado cada vez que íbamos con el coche escuchando Reaggetón porque la relajaba cuando se sentía estresada.
Está claro que cada persona es un mundo, y los efectos de la música sobre uno u otro no es algo que se quede al margen. Sin embargo, para tratar de hacer este artículo algo más productivo que una simple opinión, voy a tirar de cliché para tratar de averiguar con ello qué tipo de música es la más adecuada para escuchar en el coche según la situación en la que nos encontremos inmersos, atendiendo al tipo de ritmo, melodías, abundancia o ausencia de letra, y demás características de cada estilo musical.
Música para largos viajes
En lo que más solemos caer cuando realizamos un viaje largo en en la monotonía de la conducción, por lo que nuestro nivel de atención se reduce, y más si circulamos por autovía o carreteras con largas rectas y un nivel de tráfico bajo.
Para estos casos en los que nos podemos convertir en zombis al volante, lo mejor es escuchar un poco de música que nos ayude a estimularnos para combatir el aburrimiento y la somnolencia. El Rock puede ser una buena alternativa, pero si no eres muy de batería y guitarra eléctrica, la música pensada para bailar en cualquier discoteca también es una buena alternativa.
Música para trayectos urbanos
Circular por la ciudad puede convertirse en un auténtico infierno si nos pilla con demasiado tráfico, por lo que nuestro nivel de atención debe ser elevado debido a la gran cantidad de estímulos e información que recibimos del exterior.
Por lo tanto, al contrario de lo que ocurre en los viajes, lo que menos debemos hacer es estimular más nuestros sentidos. La música clásica puede ser una gran aliada en estos casos, pero si no eres fan de Mozart, será mejor que escuches la música que mejor te haga sentir o para que tu cantante favorito te haga pasar el mal trago de la circulación urbana lo más agradable posible.
Música para un atasco
No hay momento más desesperante cuando viajamos en coche; nuestros instintos más animales y salvajes afloran con más facilidad y el ambiente emana un olor desagradable.
En este caso, lo mejor es escuchar música de dulces melodías que nos ayuden a relajarnos y que nos haga fácilmente olvidar donde estamos metidos. Por el contrario, si viajamos acompañados o con niños, todo momento para reírse siempre es bienvenido, de modo que no es mala idea tirar de esas canciones con letras pegadizas y cómicas conocidas por todos que nos invite a cantarlas siguiendo el ritmo. Te aseguro que el tiempo pasará más rápido.
Música para disfrutar conduciendo
Es sin duda, el momento en el que la subjetividad musical toma su mayor protagonismo. Pocos son los momentos en los que tengamos que conducir simplemente por el hecho de disfrutar conduciendo. Hay quienes en esos momentos no queremos más que escuchar el sonido de nuestro motor, pero para quienes la música es imprescindible para disfrutar más si cabe, las canciones relacionadas con el mundo del motor siempre son bienvenidas. Y lo cierto es que tenemos bastante donde poder elegir: bandas sonoras de películas donde los coches tienen un papel protagonista, singles con letras que hablen de kilómetros y carretera, o simplemente música que despierte tus sentidos.
Resumiendo, la música, como el conducir, se ha convertido en un elemento cotidiano de nuestro día a día, y ambas no tienen por qué ser incompatibles. Como todo, en nuestras manos está el hacer un buen uso de las herramientas que la tecnología nos pone al alcance de nuestra mano, así que vamos a hacer el favor de no emplear la belleza de la música como normalmente el ser humano suele actuar; generando desastre.